lunes, 28 de mayo de 2012

Yo quiero ser Bankia

Sobre lo que le sucede a Bankia se pueden decir muchas cosas, las mayoría ya escritas, y también se puede caer en la demagogia y el populismo más absurdo. Hoy yo me sumo a esta corriente porque, al fin y al cabo, como el dinero que se inyectará en la entidad, culpa, como no, de la mala gestión socialista, también sale de mi bolsillo, entonces creo que tengo el derecho a hacer mi propuesta. En primer lugar, para evitar dudas, quiero poner sobre la mesa mi patriotismo; dejar a un banco español 20.000 millones de euros (y los que faltan, lo veréis y veremos), a un interés 'de mercado' y a un plazo también 'de mercado', ¿es o no es hacer nación?. Entonces, incluso los que silbaron el otro día el himno, en realidad, son más españoles de lo que creen porque sus bolsillos contribuirán con la limosna. 

Pero entonces, quizá por esa vena nacionalista, dirían algunos, que tenemos (regional o española), se me ocurren alternativas y la primera pasaría por el reparto de esos 20.000 millones (cantidad provisional, advierto) entre los millones de parados. Si esto fuera así, el dinero fluiría el agua en los ríos en época de lluvias, aumentaría el consumo, el ahorro de las familias, incluso teniendo en cuenta a los derrochadores, los bancos se verían igualmente beneficiados. ¿Por qué no hacemos esto? ¡Ah, claro!. No es viable y responde a un argumento claramente demagógico. 

Es evidente que nuestra clase política superó hace mucho tiempo el populismo. En este país no se habla de brotes verdes sin motivo, no se tira por la borda un programa electoral porque lo dicen los poderosos, no se aboga porque los extranjeros no tengan asistencia sanitaria, no se solicita la suspensión de un partido de fútbol por los silbidos al himno. Ni mucho menos. Éste es un país serio, y el que no se lo crea que le eche un vistazo a la nueva Educación Cívica y Constitucional (el artista anteriormente llamado Educación para la ciudadanía), ahí está la clave de todo.

jueves, 24 de mayo de 2012

¿Una Ley de Transparencia en el país del Lazarillo de Tormes? (2ª parte)

Hace aproximadamente dos meses, en este blog, hice referencia a la Ley de Transparencia anunciada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Hoy recuerdo aquella entrada porque tras llevar meses, y más, sin comparecer antes los medios de comunicación, el presidente del Gobierno aparece en un vídeo de youtube. Su contenido se queda, sin duda alguna, en un segundo plano, aunque se centra, precisamente, en la tranparencia. En aquella entrada publicada el 27 de marzo comentaba las dificultades para aplicar la mencionada normativa debido a nuestra mentalidad. Un primer ejemplo, este vídeo de Rajoy que hace público tras no dar explicaciones al público y sin permitir comentarios del público. 

El siguiente episodio lo protagonizó la vicepresidenta quien en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, alabó la nueva normativa en materia de transparencia pero dejando una sensación de cierto vacío de contenidos, sobre todo en lo que al silencio de la administración se refiere.

Lo dicho, todo un ejemplo de lo que no debe ser la transparencia, es decir, nada nuevo en el horizonte patrio.


¿Una Ley de Transparencia en el país del Lazarillo de Tormes? (Publicado el 27 de marzo de 2012)

No entiendo cómo es posible que todos, o casi todos, nos ilusionemos tanto ante el anuncio realizado por la vicepresidenta del Gobierno de la denominada ya Ley de Transparencia. Que no digo yo que no sea necesaria. Sin embargo me surgen una serie de dudas no sobre su idoneidad, sino acerca de sus posibilidades de aplicación en un país como el nuestro.

Este anuncio me suena a seguir preparando el camino para lo que viene. La clave es ¿estamos listos, y los políticos de este país, para someterse al mandato de dicha ley?. Respuesta: sinceramente creo que no.

Para que una normativa de este calado se aplicase con todas las consecuencias en primer lugar habría que modificar la mentalidad española. ¿Por qué?. Este es el país de la picaresca, y no es un tópico. El país del Lazarillo de Tormes, cuyas andanzas tenían un fin justificado en un momento concreto pero que muchos representantes de la res publica han adoptado y adaptado a los tiempos actuales.





Desde mi punto de vista, a la hora de analizar la ley, más allá de loables intenciones, que no las niego aunque las sitúo en paralelo a un afán de protagonismo y cierta demagogia o populismo, se debe partir de una voluntad real de aplicación. Siempre pongo el mismo ejemplo, y que no se entienda como una autocrítica, o sí, me da igual, porque este país también ha dado grandes nombres en todos los campos de la vida que se han caracterizado por su honradez y mentalidad abierta y avanzada (también desde el punto de vista ideológico). El ejemplo que siempre me planteo es: ¿Si en España existiera el dispensador de periódicos que hay en otros países, qué pasaría?. Que en primer lugar alguien se llevaría los periódicos, para qué; no se sabe, pero se los llevaría. Después de que el dispensador estuviera vacío, otro ‘rapiñaría’ el dinero de algún ‘desalmado’ que se atrevió a pagar por el diario en cuestión. Por último, el propio dispensador sería introducido en una furgoneta para llevarlo a una chatarrería y sacar por él unos duros, perdón, euros.

Esto trasladado al campo de la política, digo la ley, no el dispensador (aunque también hay similitudes), me ofrece pocas conclusiones positivas. No obstante, hay un aspecto de la normativa que sí creo que podrá aplicarse: lo de los sueldos de los políticos. ¿Cómo es posible que un pueblo con 600 habitantes tenga un alcalde que quiere ganar 56.000 euros?. Esto es de juzgado de guardia.

¿Por qué entonces no se podrá hacer efectiva la ley? Considero que en el momento en que le toque (del verbo salpicar) a algún responsable político del partido que gobierne (da igual ahora que en otro momento), enseguida se demorará su aplicación buscando no sé qué triquiñuelas legales. Conclusión. Para que fuera efectiva una ley de estas características (insisto, muy necesaria), primero tendríamos que hacernos un lavado neuronal completo como país y, a continuación, esperar que las nuevas generaciones tengan su mente más europeízada.
 

martes, 22 de mayo de 2012

Yo también estudié en la pública

Hoy es día de protesta en la educación. Por vez primera afecta a todos los niveles. Un hito en la historia de este país. La enseñanza pública está en peligro y no porque sea deficitaria, sino porque un grupo político ha decidido acabar con uno de los pilares, tal vez el más importante porque incide de forma directa en el futuro del país, del estado de bienestar.

Como muchos millones de españoles mi formación se ha desarrollado siempre en el entorno público, desde preescolar hasta la universidad. Mi hija, ahora mismo muy pequeña, si me dejan, también se formará educativamente en la pública. Con esta afirmación me pongo a la altura de quienes defienden la privada, porque no soy yo su detractor. Simplemente, como ellos, ejerzo mi derecho a la elección y yo apuesto por la pública, la de siempre, la de toda la vida, como la sanidad.

 
Vídeo campaña Yo estudié en la pública

No creo que todo lo que está sucediendo con esta materia tan sensible se ciña únicamente a una cuestión económica. Cuando alguien, desde hace tiempo, trata de minar la enseñanza pública para favorecer la concertada (no olvidemos que es un invento del PSOE) o la privada, es que existe una meta. Y ¿cuál es? Si se atiende a la trayectoria de los últimos años en comunidades como Madrid, uno llega a la conclusión de que si las ayudas públicas (en forma de subvenciones o cesión de terrenos municipales) van a parar a centros basados en la religión más reaccionaria, entonces es que el adoctrinamiento es el objetivo.

La educación pública se ha quedado como la subsidiaria, la marginal, a la que van los 'elementos' de la sociedad más necesitados, con todo lo que conlleva esta expresión. Pero la crisis que afecta a España ha provocado que muchos de los que se creían millonarios (porque en este país, no nos engañemos, un obrero con una hipoteca de 300.000 euros se ha considerado potentado) hayan tenido que recular y regresar a aquellos pilares del estado de bienestar que llegan y favorecen a todo el mundo. Sí, también a los inmigrantes, como se beneficiaron los millones de españoles que partieron para buscarse un futuro en Europa y América (más de la mitad sin papeles, por lo tanto, ilegales como los de ahora).

Ahora nos dicen que es necesario recortar para mantener el sistema. En Madrid lo previsto para este año (al que hay que sumar el practicado durante los últimos 8) es del 4%, es decir, el equivalente a la cantidad de dinero que el Gobierno de Aguirre destinará como ayuda a los colegios concertados. ¿Dónde está el recorte?

El ministro de Educación no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Le recuerdo en las tertulias en las que participaba; daba muestras, desde su ideología, de un talante más contenido, dialogante, incluso crítico con el partido que ahora le da de comer. Sin embargo, su actitud ha cambiado para hacer lo mismo que los malos profesores, es decir, aquellos que a los alumnos que no atendían en clase, en lugar de situarlos en la primera fila, los enviaban al final del aula para que sus molestias se notasen menos.

Wert es incapaz de tomar las riendas de su ministerio. Para él lo importante es el protagonismo, ese que le ofrecen los medios de comunicación afines, porque sabe que ahora ponen a su disposición sus primeras y mañana, cuando acabe su inestimable trabajo en el ministerio, seguirá dando clases magistrales en forma de columnas con firma 'bienpagás'. Mientras tanto, sigue haciendo méritos para labrarse un cómodo futuro y para ello acecha a la educación pública en todos los niveles: 0 a 3 años, ya no es tan importante, en contra de lo que dicen los expertos (Aguirre marcó el camino); Primaria y Secundaria, de Educación para la Ciudadanía a Educación Cívica y Constitucional (¡pero si muchos de quienes hoy están en el Parlamento denigraban la Constitución!); FP, sin noticias pero las habrá y para mal; Universidad, más tasas, más trabas, más selectiva, más elitista. Y todo esto con menos becas, fin de ayudas para los libros gratuitos, escuelas infantiles públicas privatizadas y expolio de las ayudas para la investigación. 

Su legado, el de Wert, quedará para la historia y, seguramente, se estudiará en escuelas de negocios y economía, a lo mejor en la de Chicago.

No estoy a la altura intelectural de los políticos de hoy en día. Ellos son los que marcan la pauta, los que señalan el camino a seguir, quienes tienen nuestro futuro y el de nuestros hijos en sus manos. Pero no me voy a quedar quieto porque, precisamente, el futuro está en juego, aunque a algunos les cueste entenderlo así. 

No estoy en contra de la educación privada; quien la quiera que la pague, pero no a costa de la pública. En los últimos años, si las partidas que se han destinado a la privada y concertada hubiesen ido a parar a la de todos, su nivel no habría descendido ni estaríamos ahora hablando del peligro real en el que se encuentra.

lunes, 21 de mayo de 2012

El mito económico se derrumba

A lo largo de los años de la joven democracia española y, en especial, tras el paso por el Gobierno de José María Aznar, en los grandes y pequeños partidos se ha producido una constante cada vez que se aproxima una cita electoral. En los sondeos internos se dan una serie de premisas que se cumplen casi a pies juntillas y que tienen que ver con las materias que más preocupan a la ciudadanía. En tiempos de crisis, por regla general, tanto en las encuestas previas a cualquier comicio, como en las que elaboran PP y PSOE para hacer sus estudios de campo, la economía siempre ha aparecido de color azul. Los populares son quienes gozan de la confianza de los españoles para sacar al país de situaciones de crisis, según se desprende de esos sondeos.

A tenor de lo visto en estos cuatro meses y pico de Gobierno de Mariano Rajoy, el trabajo de campo que realizan los equipos de las principales formaciones seguramente sufra algunas modificaciones en el planteamiento de las cuestiones. Se da la circunstancia de que en este período de tiempo, el PP no ha sabido llegar a los ciudadanos con sus recetas, anunciadas como salvadoras en los meses previos a las elecciones del 20N.

¿Qué ha fallado? Fundamentalmente la ausencia de rigor en el mensaje. Hemos pasado del engaño, a la confianza; de la desastrosa herencia socialista a los signos incipientes de recuperación. Ahora mismo nos encontramos en la fase de la verdad y la transparecia. Sin embargo, los últimos episodios vividos con Bankia y el aumento del déficit en algunas comunidades, curiosamente en manos del PP desde hace décadas, han echado por tierra la sensación generalizada de que cualquier atisbo de recuperación económica ha de pasar por las manos populares, dejando para los socialistas otros asuntos que se sitúan, para la mayor parte de los votantes, en una escala de valores secundaria.

Rajoy ha impuesto en estos escasos cuatro meses una serie de reformas que se han traducido en recortes milmillonarios en campos relacionados con lo social. No obstante, los cambios que se vislumbran en la política económica que marcan los actores internacionales, pueden conducir a un giro de tuerca lo suficientemente fuerte como para poner en tela de juicio unas recetas económicas, las del Gobierno actual, que han dado la certera impresión de ser improvisadas y no fruto de un trabajo elaborado y concienzudo.

Cada día nos levantamos con noticias nada halagüeñas que vierten más incertidumbre sobre el futuro económico del país. La última hoy mismo, al saberse, o mejor dicho, al hacerse público porque muchos expertos lo anunciaron tras la salida de Rato, que Bankia necesitará mucho más de lo señalado inicialmente. 

El mito económico de que el PP es el único que puede revertir una situación de crisis (Partido Popular español y europeo) se tambalea a la vista de los acontecimientos. Las recetas que anunció Rajoy en su discurso de investidura no funcionan y a tenor de lo que acontece parece que requerirán algo más que un lenguaje fabricado en los gabinetes de comunicación de Génova. No es cuestión de confianza, verdad, cambio o transparencia, sino de prima de riesgo, deuda soberana, solvencia del sistema bancario español y recortes sociales.

Al actual inquilino de La Moncloa le queda mucho camino por recorrer; la solución le puede llegar, precisamente, a través de los cambios auspiciados por los socialdemócratas, en primer lugar, franceses. El mito económico se derrumba y, a lo mejor, en este país la ciudadanía sí empieza a castigar a los partidos y a los políticos que no cumplen lo que prometen o, simplemente, no están capacitados para gobernar, se enmarquen en la ideología que sea.

viernes, 18 de mayo de 2012

La lógica del control de los medios públicos

Qué quieren que les diga. Si yo fuera del partido del Gobierno también trataría de controlar el medio de comunicación público a nivel nacional. Si ha sido una constante en las regiones en las que han venido gobernando en los últimos años y ha garantizado un éxito rotundo elección tras elección, es lógico buscar una fiscalización de los medios que pagamos todos para ponerlos a mi servicio. 

La culpa de todo esto, como ayer comentó en el Congreso el ministro Soria, es de la herencia socialista. Su alocución fue contundente porque no se puede permitir el "desgobierno" que ahora preside RTVE. Además, durante las elecciones andaluzas, esas que retrasaron los presupuestos del Estado, el partidismo de la televisión pública fue visible por todos, empezando por el propio Arenas. La ausencia del líder popular andaluz en el debate no se debió a su negativa, en realidad es que cuando llegó para participar le dijeron que ya había concluido. Conturbernios y conspiraciones.

El visto bueno del PP (con el apoyo de CIU por lo que invita a pensar que los catalanes también tendrán unos medios públicos más... fiscalizados políticamente) al nuevo sistema de nombramiento gubernamental del presidente de la radio y tv públicas, rompe por fin ocho años de sistema socialista controlando hasta la extenuación todo lo relacionado con la programación del consorcio. El mismísimo ZP, a pesar de renunciar a seguir gobernando, manejaba los hilos en RTVE de forma directa, lo que permitió a su partido lograr ese 20N una amplia mayoría absoluta.

¡Ah, no! ¡Que no fue así! Es verdad, al final, por ¿estrecho margen? venció el PP. Entonces ¿de qué se quejan?. Es el quid de la cuestión. Si en Madrid sus medios públicos han servido para encumbrar a Aguirre, o en Murcia, en Valencia, en Galicia, o en Andalucía a los socialistas, o ahora en Castilla-La Mancha con la alumna aventajada Cospedal... cómo no van copiar el método. Eso sí, en todas estas regiones, en especial en el reino aguirrista, las audiencias han descendido de manera notable, pero siempre sirven los medios públicos para mantener satisfechos a los acólitos. 

Como siempre, los políticos persiguen el control total de los medios, públicos y privados. RTVE ha sido un ejemplo de independencia a lo largo de estos años y no lo digo yo, un periodista desconocido que ahora está más allá que acá, sino que está avalado por la gran cantidad de premios nacionales e internacionales logrados por sus Servicios Informativos. 

Ahora pondrán al comisario político de turno que será el encargado de pasar informes demoledores sobre quienes se desvíen de la 'línea editorial'. Ahora regresaremos a épocas pasadas pero no prehistóricas en el tiempo (aunque sí a lo mejor en las formas) de no tener que escudriñar el contenido de los telediarios porque ya no será necesario. Se acaba la independencia del ente público por excelencia. Y si se copia todo lo que hacen en Europa los líderes conservadores en materia económica, ¿por qué aquí se traspasa la línea roja del control de los medios públicos?.

Mi hija, como supongo que muchos de los pequeños de este país, contribuye a la audiencia del canal infantil Clan, que según parece van a eliminar. Yo le explicaré que se trata de una decisión buena para su salud (así no verá tanta televisión) pero además para su cabeza ya que esos Pocoyo, Peppa Pig o Los Lunnis lo único que persiguen es dirigir su temprana ideología hacia posiciones nada constructivas. ¡No hay más que ver cómo interfieren en su formación con esos mensajes claramente partidistas!.

Por cierto. Cuando el 'cambio' se haga efectivo ¿A qué medio concederá Rajoy su primera entrevista 'seria'? ¿Quién será el entrevistador? ¿Por qué a los políticos les gusta tanto el control mediático? ¿Serán periodistas frustrados? ¿Saben lo que cobra y las horas que trabaja un periodista?

miércoles, 16 de mayo de 2012

La ciudad de las sillas de ruedas

No se comenta otra cosa desde hace meses, aunque siempre en voz baja y en petit comite porque en provincias hay determinados comentarios que únicamente siguen la regla del 'qué dirán'. A medida que pasa el tiempo se observa en las calles mayor número de ancianos a quienes la edad les obliga a ir en silla de ruedas por sus dificultades de movilidad. Incluso se dice que proliferan como si de una nueva tribu urbana se tratara. Hasta hace bien poco, estos particulares vehículos eran contados y siempre circulaban empujados por personas procedentes, sobre todo, de latinoamerica. Esos inmigrantes de los que algunos no se cansan de repetir que vienen a robar el trabajo a los españoles, en realidad, se han encargado de hurtar el cariño de hijos, sobrinos y nietos patrios para ofrecérselo, con acento caribeño, a los abuelos. En muchos casos, ha sido a lo único a lo que se han agarrado para vivir sus últimos años.

Ahora la cosa ha cambiado. Las sillas de ruedas se han abierto paso entre la muchedumbre que cada mañana o tarde camina, pasea o simplemente deambula por el centro peatonalizado de una ciudad que siempre ha gozado de vida y ajetreo. Es otra de las derivas de esta crisis económica. Muchas familias se han visto en la obligación de 'recuperar' a sus mayores de las residencias en las que se hallaban y a los que iban a visitar una vez a la semana, o al mes, porque el trabajo no permitía más, para poder sobrevivir. 

El mercado laboral ya no existe para millones de personas y las míseras pensiones de los abuelos y abuelas se han convertido en el sustento de cuatro o cinco personas. Es la maldita crisis, con sus primas de riesgo, mercados, bolsas que nada saben de lo que ocurre en el interior de cada hogar. 

Seguramente hay quien piense, no descarto alguna primera página en esos periódicos del régimen, que es ésta una consecuencia positiva de todo lo malo que ocurre. Las familias vuelven a ser el centro de operaciones, con el abuelo o abuela a la cabeza. Nada más lejos de la realidad. Las condiciones de vida de muchos españoles han provocado que las sillas de ruedas se hayan convertido, ya sin acento inmigrante, en el raquítico sostén económico de decenas de miles de ciudadanos. 

Y esto, cada vez más, se comprueba y ve en urbes de toda la Península Ibérica. Eso sí, siempre sotto voce, por aquello del 'qué dirán'.

martes, 15 de mayo de 2012

No todo sigue igual, está peor

Hace un año miles de personas salían a las calles y plazas de toda España para protestar por la situación del país y lanzar una crítica real a la clase política y su forma de gestionar, centrada en especial en los dos grandes partidos. He de reconocer que aquel 15 de mayo despertó en mí muchas suspicacias porque se encendía justo antes de las elecciones municipales y autonómicas y sus consecuencias iban a ser evidentes. También recuerdo que no le veía sentido a esta acción porque 'no se proponía nada concreto'. No sé si este movimiento del 15M logró, entonces, el objetivo por el que nació, y digo que lo desconozco porque, si bien es cierto que el mapa electoral de nuestro país se tiñó de azul, no es menos cierto que muchos partidos minoritarios, aunque sin alcanzar representación muchos de ellos, sí consiguieron romper sus propios techos históricos de apoyo. Además, no se pueden olvidar los datos de abstención y el porcentaje de votos en blanco surgidos, sin duda, de la acción de los indignados.

He sido también de lo que creía que aquello se acabaría el día que se levantasen los campamentos a lo largo y ancho de la geografía española. Sin embargo, un año después, tras haber sucedido muchas cosas que resumidas en un frase darían para el titular 'España no consigue despegar', el movimiento 15M demuestra que su trabajo no ha terminado y que seguirá ofreciendo 'resistencia'. 

Es el momento, considero que además es justo, de reconocer los subgrupos que a raíz del 15 de mayo de 2011 han seguido trabajando en las ciudades, grandes o pequeñas, en los pueblos, en los barrios. Estas asambleas, o como se quieran denominar, han hecho frente al desprecio y a los comentarios irónicos en muchas ocasiones del ciudadano de a pie. Han mantenido sus encuentros, en ocasiones formados por cuatro o cinco personas como mucho, y han seguido informando de sus acuerdos y acciones a través de las redes sociales. Hiciera frío, bajo la lluvia, el calor intenso y en cualquier circunstancia esas cuatro o cinco personas han mantenido encendida la llama en la mayor parte de ciudades y barrios. Hoy, estos días, recogen los frutos. Las asambleas son más nutridas y las ideas siguen surgiendo para intentar cambiar el mundo.

Hoy se cumple un año de aquel movimiento nacido de la desilusión. Doce meses durante los cuales esas cuatro o cinco personas de cada ciudad han continuado con esa tarea. Aunque parezca que estos días ha habido menos gente en las concentraciones y manifestaciones que aquel 15 de mayo, hay algo que nadie puede poner en duda y es que la semilla está bien arraigada.

Desde entonces hasta ahora, parece que ha pasado más tiempo, muchas cosas han ido a peor. El cambio de gobierno que muchos, en especial medios de comunicación, habían alentado como paso necesario para salir de la crisis ha devenido en bandazos en la gestión que sitúan el país al borde del caos. Muchos de los derechos por los que los españoles han luchado durante décadas se han ido al traste bajo la cortina de humo que imponen los mercados y ello sin que los resultados hayan sido los esperados. Da la impresión de que hemos vuelto atrás; nuestras condiciones de vida han empeorado y nos han colocado en una posición casi similar a aquella transición ahora olvidada. 

Un año después del 15M, en su primer aniversario no todo sigue igual, sino que está peor y las perspectivas no son nada halagüeñas. Ahora es el momento de recordar a esas cuatro o cinco personas que todas las semanas durante estos 12 meses, con su trabajo sordo, han permitido que este movimiento de indignación general no haya quedado en el olvido.

domingo, 13 de mayo de 2012

Por qué lo llaman despilfarrar cuando quieren decir Jaguar

De la capacidad de la ministra de Sanidad, Ana Mato, habla ella misma cada vez que trata de explicar alguna de las medidas que su departamento pone en marcha. Incluso, creo que esto nunca se ha visto, las notas de prensa que distribuye su cartera parecen haber sido redactadas por ella, a la vista de la desinformación a la que conducen.

Tal vez Mato todavía no es consciente de dónde está, me refiero a la importancia de la materia que tiene entre manos, pero después de cinco meses en el Gobierno y el aval de su 'carrera profesional-política', ya va siendo hora. Además de su gran oratoria, que demuestra en cada intervención a través de la lectura de lo que le escriben (algo, por cierto, bastante generalizado entre la clase política de este país perteneciente a cualquier partido), sus apariciones públicas, más allá de cuando está en los actos de su formación, demuestran gran seguridad en sí misma. Sin duda, ha pasado ya a la historia de nuestro país aquella intervención rodeada de los consejeros de Sanidad autonómicos. Espectacular.

Ahora bien, cuando la ministra se encuentra ante un público entregado, como el de este fin de semana en Aragón, entonces se desata. Ana Mato ¿sorprendió? con su alocución con un verbo fácil a la hora de echar la culpa de todo lo que sucede a la herencia socialista. Seguro que parte de razón no le falta, incluso le sobra o desborda, por eso se mostró contundente al afirmar, según recoge www.público.es, que "mientras algunos que pretenden salir hoy a la calle tienen la especialidad del despilfarro y el descuadre de las cuentas públicas, a otros nos toca sanear las instituciones y las cuentas públicas".

Son verdades como puños, como diría el filósofo. Sí, es cierto, yo despilfarro y en lugar de comprar la mortadela de marca blanca, la adquiero de El Pozo. Es verdad, he de confesar que comparto lo que dice; todas esas personas que se manifestaron ayer en toda España son despilfarradoras, sólo hay que verles la cara. Es verdad, señora ministra, soy despilfarrador porque fumo (tabaco, ¡eh!, no vaya a ser que además tenga la conciencia indigna e inmoral debido a sustancias psicotrópicas).

En definitiva, Ana Mato es mi modelo de político. Alguien del que todavía no sabemos a qué se ha dedicado al margen de la cosa pública, que siempre ha ocupado puestos relevantes en el partido y en la administración, que ha llegado a ministra y que ha tenido un Jaguar en su garaje pero del que ella nunca había oído hablar es, sin duda alguna, el ejemplo de lo que nos ha tocado para dirigir el país. Voy a seguir despilfarrando con el Cola Cao para el desayuno de mi hija, no vaya a ser que se acaben las vacas gordas.

viernes, 11 de mayo de 2012

Situación límite

He de reconocer que hace unos meses, antes de que se celebraran las elecciones generales, era de los que pensaban que la situación en la calle no era tan grave como, desde algunos sectores, se nos trataba de vender. Sin duda, el motivo se hallaba en un cambio de color en el Gobierno y de las políticas que, según la esperanza de muchos ciudadanos, nos harían salir de esta crisis. 

Ahora, apenas cinco meses después de ello, se aprecia entre la ciudadanía una desazón a punto de convertirse en rebelión. Ya no basta con los artificios de palabras, las frases hechas o los signos incipientes de recuperación (llamados antes brotes verdes). El hastío, la indignación, la desesperanza se ha adueñado de una población, de un país, al que ya no se le convence con los logros deportivos, aunque lo parezca. 

En conversaciones con amigos, en charlas de cafetería, en comentarios de comunidad de vecinos, ante la pregunta de ¿cómo vas?, se ha pasado de "tirando, que ya es bastante" a un lacónico "mal, sobreviviendo como se puede". Cada vez es más habitual ver por las calles de las ciudades a personas hablando solas, deambulando sin ton ni son, cabizbajas... No es un tópico, es la cruda realidad a la que se enfrentan millones de españoles todos los días cuando se levantan por la mañana y se dan de bruces con la maltrecha economía, la suya, no la de los bancos o grandes empresas. 

Por este camino no vamos a ninguna parte. Las esperanzas que el cambio de Gobierno, que la llegada de Rajoy significaban para mucha gente, se han ido al traste en poco más de cinco meses. Las acciones que hasta ahora se han llevado a cabo por parte de la clase política no han comenzado a dar sus frutos, y según los expertos, todavía tardarán, si es que de ellas se desprende algo positivo. Las consecuencias las pagan las clases medias, esas economías domésticas cada vez más endeudadas y al borde la bancarrota. Para ellas no hay nacionalizaciones o rescates que valgan. Nos vendieron recetas mágicas, unos y otros, y resulta que al final el mayor esfuerzo lo tienen que hacer siempre los mismos. 

La sociedad española está al borde de la desesperación. Si la gota rebosa, entonces el problema lo tendrán los políticos. ¿Cuánto queda para que esto suceda?

jueves, 10 de mayo de 2012

El CIS, Rajoy, los socialistas y nuestra heroína

El último sondeo del CIS pone de manifiesto varias cuestiones muy de actualidad. La clase política se encuentra situada en el tercer lugar en el ranking de preocupaciones de los españoles. No van a reflexionar, porque si no lo han hecho hasta ahora, una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas no les hará cambiar su parecer. Pero nosotros, los ciudadanos, les apuntamos directamente a ellos como responsables, de ahí que debieran hacérselo mirar, aunque sea de soslayo.

Otro aspecto, relacionado con el anterior o, mejor dicho, que lo corrobora, es el relativo a la nota que los españoles ofrecen a los representantes de la res publica. Y de nuevo aquí no hay sorpresas. Todos suspenden, como los malos estudiantes, quedándose sin beca (aunque no creo que optasen a ella debido a los recortes); entre los últimos se encuentra, precisamente Wert, el ministro de Educación. Por algo será. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, todavía obtiene una valoración inferior a la correspondiente en enero; no obstante, seguramente tanto él como su equipo piensen que también antes del 20N, los españoles no depositaban demasiada confianza en su figura pero al final le votaron en las elecciones otorgándole una mayoría absoluta sin paliativos. En el otro extremo están los socialistas. No recuperan prácticamente nada, aunque Soraya Rodríguez, sonrisa en ristre, se afanara en decir que, como han subido (un mísero casi punto), el resultado es positivo. A esto habría que añadir también la calificación que recibe Rubalcaba; el líder de los socialistas tampoco llega al aprobado, noticia que no sorprende porque presenta una línea descendente al igual que su partido.

Precisamente, uno de los titulares (y así lo han utilizado los periódicos nacionales) es el de los cuatro puntos que baja el PP. En realidad, como también señalan todos los medios de comunicación, se trata de un descenso mínimo, a tenor del supuesto desgaste que las medidas de recorte parecía que iban a provocar a los populares. Sin embargo, los españoles no castigan al PP, tal vez porque haya comprensión hacia las medidas del Ejecutivo o porque las mismas, en muchos casos, todavía no tienen un reflejo real puesto que se materializarán en próximos meses. En el lado contrario está el Partido Socialista, cuya recuperación es negativa porque subir un casi punto con la que está cayendo es para que sus dirigentes empiecen a reflexionar de verdad y se planteen cambios importantes en su seno. Por cierto, el único que ha realizado un análisis negativo del sondeo ha sido Eduardo Marina, posiblemente en clave Chacón.

Pero el CIS arroja otro titular destacado. Rosa Díez, el azote de los gallegos en el sentido más peyorativo de la expresión, aparece como la representante de la clase política más valorada. ¿Y cuáles son las razones para ello?. Gran pregunta.

martes, 8 de mayo de 2012

Del gafe a los hitlerianos

Hoy toca, como no podía ser de otra manera, una de bancos, banqueros y políticos metidos a tal menester. Sin duda, en nuestro país, el paradigma de este rol ha sido, es y será Rodrigo Rato. Su experiencia en los últimos años así lo demuestra. Tiene el título, impuesto por el mismísimo Aznar cuyas palabras se esperan ahora como agua de mayo, de casi salvador económico de la patria, por lograr durante su presencia en el Gobierno que nuestra economía se pegara codazos con las de otros países por ocupar un lugar en los cónclaves G. Claro, tenía truco, el del almendruco de la construcción sin ton ni son, con consecuencias para el futuro que... bueno ya las estamos viendo y padeciendo. Por cierto, que luego llegó  ZP y siguió en las mismas aunque sí logró su silla (prestada por nada más y nada menos que Sarkozy) en las reuniones G. 

Rato, tras sufrir el desplante de Aznar que eligió a Rajoy para continuar con su magna obra, encontró acomodo en una organización sin importancia: el Fondo Monetario Internacional. No dejó buenos amigos por allí, según cuentan las crónicas, y al final incluso le tacharon de poco diligente (entre otras lindeces durante su estancia, el Fondo ponía como ejemplo la economía de Islandia, y criticaba a los bancos canadienses, los únicos que se han librado de esta vorágine económica). No hay que olvidar los líos de Lehman Brothers. Saltaron 11 meses después de su adiós al FMI. Dejó su puesto, si no recuerdo mal, alegando motivos personales. 

Al poco tiempo, Rodrigo Rato, (de familia con apellido prominente como diría don Manuel), llegó a una de las joyas de la corona del imperio Aguirre, y de la mano de varios próceres del Partido Popular (y también del Socialista, no lo olvidemos); a la lideresa la jugada le salió bien a medias porque ella tenía planes para su número dos en la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Aun así, en los mentideros capitalinos se consideró una jugada maestra del exalcalde y ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, similar a la ejecutada con su sucesora, Ana Botella. Caja de Madrid se transformó entonces en Bankia, pero su situación, la de Caja Madrid y la de las otras entidades que se fusionaron, pudo con la nueva entidad debido a un pasado dinamitado por el ladrillo, precisamente la clave del despegar económico español durante los ocho años de Aznar, con Rato en su equipo. 

¿Y ahora qué? Rodrigo Rato se ve obligado a dimitir por 'presiones', dicen los medios serios, de su propio partido. Hay quien se atreve a decir hoy mismo que este movimiento es clave para salvar el sistema financiero español ¿Alguien se lo cree? Yo no. De nuevo volverán las luchas intestinas porque Aguirre querrá tener su cuota de representanción, o por lo menos mantenerla. Asimismo, igual que sucede con algún periodista de renombre, a Rodrigo Rato se le empieza a considerar gafe, porque por donde pasa... Eso sí, siempre de donde sale o se va, lo hace con indemnizaciones generosas. Yo también me quiero ir al paro así.

Ahora, a cambio de los recortes en educación y sanidad, se destinan alrededor de 10.000 millones de euros públicos para 'salvar Bankia'. Así es el sistema y los españolitos tenemos que hacer oídos sordos o mirar para otro lado. El Gobierno hace las cosas, toma medidas, adopta decisiones por nuestro bien. La oposición se queja, patalea, defiende acciones por las que no se inclinó cuando estaba en el poder. Los ciudadanos, por su parte, a seguir aguantando el chaparrón. 

A modo de conclusión simplemente añadir la clave, desde mi punto de vista, de todo este deterioro. Es el germen perfecto para los ultras, los nazis, los grupos extremos, en definitiva, los nuevos hitlerianos que con demagogia y un poquito de imaginación llegan a los corazones de la gente, sin siquiera tratar de alcanzar sus cerebros, mediante el discurso fácil de echar la culpa a los de fuera, la nacionalización (¿les suena?) y un rancio patriotismo de mentira (¿me vuelve a sonar esto, verdad?. Y mientras los políticos... a lo suyo, cada vez más alejados de la sociedad. Así les va, así nos va.

domingo, 6 de mayo de 2012

Ganó Hollande ¿Y hora qué, Rubalcaba?

La victoria de Hollande en Francia puede suponer un antes y un después para la política económica de la Unión Europea. El triunfo del socialista, menos holgado a priori del que se suponía a tenor de la remontada de su contrincante es, como han venido vaticinando los 'expertos' a lo largo de estas semanas y meses, una llamada de atención a las políticas antiestímulo auspiciadas por el hasta ahora eje Merkel-Sarkozy y seguidas hasta la extenuación de la población por Mariano Rajoy, entre otros dirigentes. 

No obstante, sin esperar un giro de 180 grados en las políticas llevadas a cabo hasta el momento desde el Elíseo, sí que se auguran cambios importantes que, curiosamente, pueden beneficiar en especial a España y, por ende, al actual Gobierno, con decisiones sobre la tensión de cumplir los plazos del déficit. 

Hollande tiene una complicada tarea por delante. Ahora se conocerán las cifras reales de Francia en lo que a cuentas públicas se refiere, y a lo mejor se encuentra con alguna sorpresa. El nuevo líder socialista francés no puede caer en los cantos de sirena de los neoliberales, tal y como sucedió, por ejemplo, con Zapatero en España. Es lo que le reclaman sus conciudadanos y por eso le han votado. Sinceramente no creo que su llegada al poder llegue acompañada de medidas drásticas contrarias a las puestas en marcha por su predecesor; sin embargo, sus gestos sí serán vistos, mal o bien, por el resto del viejo continente, de ahí que escenifique alguno pronto, tambien acuciado por las legislativas de dentro de un mes. No serán grandes medidas, pero sí significativas.

Su triunfo supone también un acicate para el resto de la socialdemocracia europea, abandonada a su suerte por sus propios errores. Dejar que los líderes conservadores hayan marcado la pauta a seguir ha sido una apuesta claramente a la baja en términos domésticos, con pérdida de gobiernos en la mayoría de los países. Hollande (junto con la derrota de los conservadores y liberal-demócratas en el Reino Unido), el castigo a esas políticas neoconservadoras y el resurgimiento de las formaciones de ideología extrema, en especial de derechas, son las patas sobre las que se asienta el nuevo orden de la UE. 

En España, a pesar de la pérdida creciente de popularidad del actual Gobierno de Rajoy, la oposición encabezada por Rubalcaba no termina de llegar a la ciudadanía. Con seguridad esto se debe a que el exministro del Interior y actual secretario general del PSOE sigue siendo visto como el sucesor de unas políticas, las de Zapatero, a las que se achacan la actual situación. De nada sirve recordar los desmanes de Aznar en materia de políticas urbanísticas, germen del 'ladrillazo' actual no corregido por su sucesor en la Moncloa; a los españoles el período 1996-2004 les queda muy lejos, fundamentalmente porque no saben si mañana van a tener trabajo. 

Rubalcaba tiene que extraer sus propias conclusiones de la victoria de su homólogo francés y lo debe de hacer desde una perspectiva constructiva y de futuro; si no es así, la travesía en el desierto de los socialistas será más prolongada de lo que muchos vaticinan. Si por el contrario, esa renovación de la que se ha hablado en innumerables ocasiones se hace efectiva, entonces Rajoy tendrá un problema serio para cumplir los cuatro años de legislatura.

En definitiva, Hollande con su acceso al Elíseo abre una puerta a la esperanza de los partidos socialdemócratas europeos. Ahora depende de ellos el regreso a postulados que abandonaron guiados por esta crisis. En España, si el PSOE no toma nota, verá surgir en su seno voces discrepantes que le perjudicarán en su recuperación, recordando episodios de no hace mucho. Rubalcaba tiene la palabra.

Primero el fútbol, luego todo lo demás

¿Y si en España coincidieran las elecciones con un Madrid-Barça? La pregunta es poco menos que impensable en este país porque el fútbol sigue mandando y al pueblo no se le puede privar del circo, para contraponerlo a la 'fiesta de la democracia'. Lo digo siendo un apasionado del balompié, pero esto no puede ser obstáculo para no ver la realidad. En México han hecho coincidir las elecciones con la final de su campeonato y no sin polémica, como era de esperar. 

En nuestro país una decisión de este tipo sería imposible. De hecho, se pasó a un lunes un Barça-Madrid por su coincidencia en domingo con las elecciones autonómicas catalanas. Nuestro deporte rey es el que es y manda ante cualquier otra cosa. Esto lo puedo entender, aunque no lo comparta, al tener ejemplos en estos años de la utilización que de determinados éxitos futbolísticos han hecho los gobernantes. Lo que más me duele es que la ciudadanía está dispuesta a priorizar la fiesta al derecho que tenemos de acudir a las urnas; el fútbol pasa por encima del voto. 

Muchos ante una afirmación de esta naturaleza sacarán a la palestra el manido argumento de: "es que para los políticos que tenemos...", con el que, por cierto, estoy de acuerdo. Sin embargo, el hecho de poner sobre el terreno de juego un partido de fútbol o el futuro gobierno de un país o una comunidad autónoma... qué quieren que les diga. 

El fútbol ha sido un instrumento muy recurrente por parte de los regímenes más sospechosos del planeta. No hay que olvidar lo que sucedió aquí en España durante las cuatro décadas de franquismo, o en Argentina con el Mundial del 78 y el uso que de la competición hizo la dictadura militar, más allá de sus influencias en la consecución o no del campeonato. Ahora, volviendo al presente, cabe preguntarse si ha cambiado algo. Sinceramente creo que, en nuestra mentalidad, no. La prioridad sigue siendo el fútbol.

sábado, 5 de mayo de 2012

El tupper de La Razón y de muchos otros

TT en España en poco tiempo y una portada, la de La Razón de hoy, que ha batido seguro su propio récord de visitas. Una gran estrategia empresarial, puesto que ha logrado el objetivo que cualquier experto en redes sociales se habría impuesto en el momento de idearla. Si esto fuera así, ¡chapeau!. La cuestión es que este periódico de un gran grupo de comunicación no logrará aumentar sus ventas desde un punto de vista de planing empresarial, sino que la apuesta es por una línea editorial que raya la vergüenza ajena porque supera muchos de los límites que la profesión periodística marca a quienes tratamos de dedicarnos a ella, pasando incluso por encima del amarillismo más rancio. 


Si el director de La Razón trataba de cumplir aquello de que "hablen de nosotros, aunque sea mal", lo ha logrado con creces. Sin embargo, sus explicaciones y argumentos a través de las redes sociales ponen en entredicho su credibilidad puesto que trata de justificar una primera página de un diario (él se jacta en decir que es el cuarto del país) que roza lo inverosímil.

El periodismo se halla en la situación actual, sin duda alguna, por hechos como éste. Allá cada cual con sus conclusiones, pero escribir para los acólitos conlleva que el editor de turno se canse de ver una cuenta de resultados negativa permanentemente. Además, con un país que se acerca a una cifra de parados que sí supone un récord histórico, la referencia al tupper es poco menos que una tomadura de pelo. La intención es sumarse a la cola de medios de comunicación palmeros de un gobierno que, a los cinco meses escasos de su acceso al poder, precisa de este tipo de gestos debido a sus bajos niveles de popularidad ante la opinión pública. El próximo fin de semana es propicio para una encuesta que cierre el círculo y ponga de manifiesto que los españoles "comprenden" las políticas del equipo de Rajoy. 

Si la cuestión de todos estos medios, cualquiera que sea el soporte que utilicen, es hacerse acreedores de la escasa publicidad institucional, de nuevo fracasan en su estrategia porque son tantos los que se han sumado al carro del aplauso al Ejecutivo de Rajoy que dejarán el tupper del presidente en una mera anécdota (que en realidad ya lo es como ridículo espantoso). Existen en nuestro país tantos palmeros que, al final, ante el reparto de la tarta del dinero propagandístico, acabarán a palos unos con otros. Ejemplos de esto los tenemos de la última etapa socialista.

También en esto, España is different. Qué le vamos a hacer. Por cierto, estoy seguro de que a Rajoy tampoco le ha hecho gracia lo de "su" tupper.

viernes, 4 de mayo de 2012

El periodismo, en peligro desde hace mucho tiempo

Ayer se celebraron en toda España manifestaciones, concentraciones, actos de protesta en general por la situación en la que se encuentra el periodismo y sus profesionales. Quizá es este el momento de preguntarse si ha sido el instante idóneo para realizar este tipo de acciones o llega demasiado tarde. A lo mejor también debemos cuestionarnos acerca de los motivos por los que los periodistas tenemos tan mala... 'prensa' entre la opinión pública; incluso, hablar del periodismo de primera y de segunda que ha llevado a las condiciones por las que esta profesión atraviesa en la actualidad. Soy periodista y, desde hoy, en paro,al igual que mi pareja también periodista y que suplica un puesto de trabajo hace años en el sector, bueno lo hacía porque ha desistido ya; por ello, tengo el derecho y también la obligación de tratar de hacer un análisis de este mundo para el que me he preparado y en el que llevo trabajando tres lustros. Lo he comentado en más de una ocasión pero a los empresarios y editores mediocres no me voy a referir porque ellos mismos se definen, por más que hablen de salvación de un sector como este. Y de los políticos y su relación de amor-odio con los empresarios y editores mediocres, nada que decir, ya lo hice en su momento y ahora no me apetece, salvo una reflexión: nos tienen dónde y cómo quieren, o lo que es lo mismo, a la mayoría en el paro y a los que gozan de un empleo lo hacen bajo el yugo del miedo a perderlo.

Las concentraciones de ayer, desde mi punto de vista, llegan tarde porque están ligadas a los despidos masivos ejecutados y planeados en los 'grandes medios' nacionales. El problema es que en provincias, expresión muy española, no solo se viene intuyendo sino haciendo realidad esta situación desde hace más de un año. ¿Por qué, entonces, no nos movilizamos antes?. La clave, sin duda, se encuentra en que hasta que los movimientos hacia la destrucción de empleo no tocan lo que se considera arteria del estado de Derecho periodísticamente hablando, es decir, esos 'grandes medios', parece que el problema no existe. Y ese es el gran error. Dicen algunos expertos, con los que comparto esta afirmación, que EEUU nos lleva muchos años de ventaja en esto del periodismo y los medios de comunicación. Casualmente, en el 'país de las oportunidades' los soportes locales soportan mejor la crisis porque han conseguido labrarse un porvernir. Suena ésta a frase, precisamente, de mala película americana, sin embargo me quedo con que el futuro en nuestro país debiera pasar también por la información local (y aquí incluyo también los medios regionales, cada vez más escasos, por desgracia), por el periodismo más cercano al ciudadano.

Desde hace más de un año, en todas las provincias es incesante la caída y cierre de medios de comunicación. Nadie ha hecho nada. Si desaparecen los medios locales/regionales, entonces ¿qué queda?. Los de siempre, pero con el añadido de que la excusa de la crisis les ha puesto en bandeja su transformación en medios cuyos contenidos dejan mucho que desear. Lo importante en los medios españoles era y es la proximidad a una u otra ribera ideológica, con independencia del producto puesto que la cuenta de resultados prima. Los soportes más próximos, sin embargo, son los que han sufrido de manera más injusta y descarnada las presiones de los 'grandes políticos' que gobiernan como si de soberanos absolutos se tratara. Y ojo con salirte de los raíles marcados porque eso es, mejor dicho era, sinónimo de represalia en forma de despido en muchos casos (claro está con el beneplácito del empresario/editor mediocre). Y ante esto, nadie ha hecho nada.

Ahora, desde hace un tiempo, las asociaciones de periodistas, en especial la de Madrid y la federación, reclaman más unidad, defender nuestros derechos, y no sé qué más. Pero, para qué y con qué fuerza. Aplaudimos, aplauden, propuestas sobre la profesión que parten de gobiernos como el de Castilla-La Mancha pero ¿saben algo de la región? ¿conocen las asociaciones las condiciones en las que desarrolla su trabajo el periodista? ¿tienen constancia del número de medios que han cerrado? ¿han denunciado el caso de periodistas despedidos porque no gustan a tal o cual político?. Estas preguntas tienen respuesta y se pueden trasladar a Galicia, Andalucía, Cataluña, Murcia, Madrid... Y nadie ha hecho nada.

Hoy la profesión da sus últimos estertores, está herida de muerte y no tanto por el despido masivo de colegas en medios de todos los soportes, nuevos o con solera, como por el hecho de que 'en provincias' el cierre ha sido la medida más habitual y desde hace tiempo. Ahora lo que nos queda es escribir blogs o lograr colaboraciones a euro para alguna web de un programa de televisión.

A pesar de todo esto, aunque siga pensando que estamos a punto de recibir la extrema unción, todavía, desde mi punto de vista, hay esperanza. Y estoy de acuerdo con el lema 'Sin periodismo y periodistas no hay democracia', sin embargo extendámoslo a las ciudades, a las provincias, a las regiones, porque ahí es donde el profesional está más indefenso. Debemos también preguntarnos (y respondernos) por qué en las concentraciones que ayer celebramos en toda España no contamos con el respaldo presencial, o si existió fue residual, de la opinión pública, de los ciudadanos. Y todo esto cuando se cumplen más de 3 décadas del nacimiento de El País.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Un Gobierno legitimado por el pueblo pero...

Hacia dónde nos dirigimos con esta paranoia estabilizadora/recortadora. El problema es que ahora no pueden dar marcha atrás porque sería reconocer los enormes errores cometidos hasta el momento y, como consecuencia, continuaremos inmersos en el remolino de manual comprado en un todo a cien alemán y francés, aunque adquirido también en franquicias de Reino Unido, Holanda y demás. Esto conducirá a una situación insostenible, si es que no nos encontramos ya en ella. El lunático camino por el que nos conducen los actuales 'líderes' europeos, provoca un dramatismo doméstico sin parangón. Y siguen empeñados en sus paranoias, en una dimensión similar a la que mantiene la presidenta de la AVT.

Si los países ricos (veremos cuántos de estos hay en el viejo continente) desean continuar en esta vorágine, que lo hagan solos porque a lo mejor es ésta la única manera de que reaccionen. Yo no quiero ser alemán, eso se lo dejo a los nostálgicos que aprovechan la coyuntura económica para encender un patriotismo analfabeto y recuperar a grandes prohombres de la historia negra mundial (algo que además se extiende a otras naciones, incluida la nuestra). Yo no quiero ser francés, porque tienen un presidente que, teniendo un pasado foráneo y casado con una italiana, reniega de los extranjeros a cambio de un puñado de votos y, lo que es más preocupante, por convicción. No quiero ser italiano, porque ya bastante tienen con lo suyo; o danés, inglés, portugués, griego... Yo quiero ser ciudadano de la Europa que me vendieron hace unos años; un viejo continente que iba creciendo y adaptándose a los tiempos de manera común hasta que llegó esta clase política que nos ha tocado.

Ahora nos meten en un lío de dimensiones enormes y quieren que les demos nuestro apoyo. Conmigo que no cuenten porque creo que al final, cada uno, va a lo suyo y de los necesitados mejor nos desprendemos; la ley de la selva, pero ésta sigue unas reglas que los actuales mandatarios se han encargado de aplicar o conculcar a su antojo. Lo siento pero estamos hartos, cansados de que vayan a contracorriente de lo que dice el pueblo, el más perjudicado en todo esto. Me da igual el partido, formación o grupo que sea. Todos, al final, aunque sin duda no son lo mismo, sí que han seguido las líneas marcadas por un neoliberalismo depredador. La solución, como siempre, la ofrecerá el ciudadano de a pie, el inglés, el francés, el portugués, griego, alemán... y español.

En nuestro caso, conocido ya en las esferas comunitarias y ultramar como el Caso Español (malo cuando ya tenemos título), no podemos olvidar que las elecciones del 20N dieron toda la legitimidad y más al PP para gobernar. Sin embargo, aunque su candidato y ahora presidente, Mariano Rajoy, no desveló demasiados detalles de lo que sería su acción de gobierno, en estos pocos meses, de lo escaso que se sabía de su programa electoral ha incumplido la gran mayoría. Si decidiéramos contar medias verdades a Hacienda, que somos todos, ¿qué nos pasaría?. Pues eso.