jueves, 26 de julio de 2012

El cole de mi hija

- Papá, me quedan dos días de clase y luego...
- Vacaciones. Qué suerte Paula.
- Y después al cole de mayores.
- Claro, y allí conocerás a nuevos amiguitos, a tu nueva profesora, Lola...
- Y Patri...
- No hija. Patri ha sido tu profesora estos años pero ahora pasas a otro colegio, ¡nada más y nada menos que al de mayores!
- Vale, pero ¿y Patri o Ilda, Mónica, Elena...?

Dos años han transcurrido desde que la pequeña Paula se incorporó al mundo escolar. En concreto, su formación se ha iniciado en la Escuela Infantil El Mirador del pequeño pueblo de Cabanillas del Campo, en Guadalajara, sí escuela infantil no guardería, porque si regresamos a términos propios de otras épocas, el método también se retrotrae automáticamente. La educación, en el porcentaje más alto de esta etapa de su vida, también la más destacada y que marcará su futuro según los expertos (a pesar de que algunos políticos ahora digan lo contrario agarrados o con la excusa de esta maldita crisis) nos corresponde a su madre y a mí. Pero la formación escolar, la primera, ha corrido a cargo de un grupo de profesoras que, por estos dos años, gozan ya de mi admiración y agradecimiento, algo que tengo el deber de extender también al resto de la familia que compone El Mirador, es decir, limpiadoras, cocineras, dirección, etc. Mi hija a partir del día 31 de este mes, deja allí a una familia, lo sé de buena tinta, que en su totalidad la ha tratado con un cariño y una dedicación que ha sobrepasado, desde mi punto de vista, el papel que le corresponde por definición a los trabajadores de una escuela infantil. Esta afirmación la comparto con otros padres y madres con los que he coincidido a lo largo de estos dos años.

Muchos se preguntarán ¿a qué viene todo esto? He de reconocer que uno se da cuenta de la importancia de este tipo de centros y de la labor que desarrollan los profesionales que trabajan en ellos cuando los conoce de primera mano, es decir, cuando un hijo o hija inicia su andadura escolar. La de uno, por lejana en el tiempo, ocupa un lugar mínimo en el recuerdo.

El otro motivo por el que escribo estas lineas tiene que ver con la idiosincrasia de vivir en un pueblo pequeño como éste, en el que lo antiguo, lo que goza de más solera, dispone de una especie de beneplácito divino y humano proporcional al desprestigio y a las dificultades a las que se enfrenta lo nuevo, lo recién estrenado. Y en este último punto se inscribe la Escuela Infantil El Mirador. Es la de más reciente creación del municipio (precisamente Paula, mi hija, forma parte de la primera 'hornada' de alumnos) y, como marcan los cánones de los pueblos de España, también se ha visto en la encrucijada de tener que ganarse a pulso la aprobación de padres, madres y, lo que es más importante, de los propios niños y niñas.

Toda la familia que compone El Mirador lo ha logrado y ello a pesar de la, me atravería a decir, cierta competencia desleal auspiciada por los rumores, dimes y diretes propios de un pueblo (algo que también forma parte del carácter de los españoles, ya saben, la envidia deporte nacional). No voy a entrar en el juego de quién o quiénes han sido los altavoces de una mala publicidad (engañosa a todas luces), aunque cumpliendo el tópico típico propio de los pueblos todos saben de dónde proceden.

Hasta aquí todo comprensible, pero no razonable. Sin embargo, esta crisis que también (o sobre todo) ha azotado la educación pública ha propiciado cambios en la gestión de las escuelas infantiles que llegan acompañadas de un juego sucio perjudicial para la salud de todo un pueblo. Una vez más vuelvo a utilizar el tópico de que todo se sabe, de ahí que no quiera entrar en descalificaciones que no conducirían a nada.

Simplemente estas líneas son de agradecimiento a las trabajadoras de la Escuela Infantil El Mirador, de Cabanillas del Campo. Gracias a Patricia por haber contribuido con tu dedicación, delicadeza y profesionalidad a la formación de mi hija. Para mí, más allá de políticos mediocres, sí han sido claves estos primeros años de Paula como alumna y he de reconocer que tú y todas tus compañeras habéis superado las expectativas. A quienes se dedican a menospreciar vuestro trabajo con el único fin de 'quitaros' a pequeños cara al próximo curso, como aseguró en su momento un maestro del periodismo, "el tiempo pone a cada uno en su sitio". Los rumores y las mentiras tienen un recorrido muy corto.

Como padre me siento orgulloso de que mi hija haya pasado por la E.I. El Mirador y estoy seguro de que ella no olvidará nunca su paso por el centro y, lo que es más importante, a quienes la han tratado con el cariño propio de una familia.

martes, 24 de julio de 2012

E. Aguirre y C. Fernández: tal para cual

En alguna ocasión me he referido a las similitudes que presenta el hacer diario de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Madrid, Esperanza Aguirre, fenómenos mediáticos en la actualidad aunque a niveles diferentes, muy a pesar de la que muchos califican de 'lideresa'.

A sus frases perfectamente preparadas para estamparse en un titular a cuatro columnas, mérito de ellas y de sus asesores, poco a poco se van uniendo otros elementos que les hacen parecer, en ocasiones, la misma cara de una moneda. No han faltado los momentos dramáticos en ambas, ni las alusiones al nacionalismo, tampoco un estilismo que choca en ocasiones con la realidad de la ciudadanía (a pesar de que alguna de ellas ha mostrado en público y ante algún incondicional su gusto por comprar donde lo hace el populacho).

Cada cierto tiempo, gracias también al control férreo que mantienen sobre algunos medios de comunicación, buscan y logran unos minutos en televisiones, radios y periódicos, por los que muchos otros pagarían (y pagan) auténticas millonadas. Pero ellas lo consiguen sólo abriendo la boca y dejando salir alguna algarada o frase grandilocuente, vacía de contenido, aunque capaz de hacer temblar a sus propios aliados.

En clave ideológica, incluso, a pesar de las nacionalizaciones de una y las privatizaciones de la otra, convergen al final persiguiendo el aplauso incondicional de sus seguidores que, en ambos casos, son muchos. Las dos despiertan pasiones y rechazo en una proporción casi idéntica; además, sus ambiciones no se quedan en sus lugares de residencia o liderazgo, sino que siempre suspiran por cotas más altas, bien en forma de cumbres internacionales y fotos con mandatarios mundiales, bien en un plano más local tratando de poner en entredicho la labor de quien un día se convirtió en presidente.

También en esto se parecen porque los resultados de sus estudiadas y preparadas apariciones y políticas se quedan en el limbo de sus propios reinos (que ya está bien, aunque ellas siempre quieren más).

Lo último en lo que coinciden (último conocido, claro está) es la utilización que hacen de los medios de comunicación públicos (de los privados, no todos por fortuna, se han encargado a lo largo de los años). Mientras una, Aguirre, ha marcado el camino con la Radio y Televisión de Madrid, la otra, Fernández, ha iniciado una campaña en 'sus' medios, pagados por los argentinos, para simplemente 'vender' sus bondades y atizar a los críticos.

Seguirán dando guerra en las próximas semanas porque se retroalimentan de sus propias palabras y titulares grandilocuentes. De Biedma y De Kichner son las nuevas damas de hierro del siglo XXI. Únicamente cabe preguntarse que pensará la original de ambas.

viernes, 20 de julio de 2012

Las coartadas y el circo son insuficientes

La renuncia de Rafa Nadal o de Samuel Sánchez, la preguerra de Siria, los uniformes de la delegación olímpica española o la populista reforma penal del actual ministro, son factores que, hasta hace bien poco, habrían ayudado a 'desviar' la atención de todo lo que ocurre en España en relación con la economía (ni siquiera el fútbol, a pesar de la victoria en la Eurocopa, auxilia al Gobierno con sus habituales cortinas de humo en forma de fichajes estratosféricos). La situación del Ejecutivo de Mariano Rajoy, a la vista de los acontecimientos, se ha tornado insostenible, a pesar de que cara a la galería la imagen que tratan de transmitir sus integrantes sea la contraria. 

Las manifestaciones que ayer recorrieron las ciudades españolas, grandes y pequeñas, son una advertencia clara de que la ciudadanía no aguanta más. La comunicación desde Moncloa ha sido bastante deficitaria y no ahora, sino desde que los nuevos inquilinos llegaron al poder. Precisamente el asumir ese poder con una amplia mayoría absoluta no significa en un estado democrático el ordeno y mando, y de esto en España hemos tenido ejemplos protagonizados por los partidos más importantes. 

Los españoles han llegado al límite ahogados por una clase política incapaz, no ya de arreglar el desaguisado, sino siquiera de proponer alternativas encaminadas a mejorar las condiciones de vida. Hemos pasado en unos meses de hablar del estado de bienestar a la supervivencia. No es de recibo que mientras un alto porcentaje de la población pasa auténticas penurias, una minoría siga instalada en la desfachatez propia de la improvisación política.

A lo largo de la pasada legislatura se calificó al anterior Gobierno de muchas maneras y formas; en los siete meses de Mariano Rajoy, esos adjetivos, además de partir de los medios de comunicación (algunos, digamos los serios) salen de las bocas, las cabezas y los corazones de los ciudadanos de a pie. No pueden pedir esfuerzos (más todavía), recurrir a la doctrina del miedo ("no hay dinero para pagar las nóminas"), buscar aliados más allá de nuestras fronteras (en especial Alemania que sigue inmersa en sus políticas y las quiere implantar en los países periféricos, a sabiendas de que es imposible), si ellos, el Ejecutivo y la clase política en general, han demostrado su falta de criterio a la hora de tomar medidas. Saltarse un programa electoral (algo que han hecho los actuales y anteriores inquilinos del palacio de La Moncloa) con premeditación, alevosía, engaño y, en más de una ocasión, nocturnidad, no puede quedar impune.

La coartada de la herencia recibida ya no sirve porque en comunidades autónomas gobernadas durante décadas por barones del mismo color político es donde ha saltado la liebre. Si la estrategia es intentar llegar a mediados de 2014 y a partir de ahí abrir el grifo, lo va a tener difícil Mariano Rajoy. No alcanzará el objetivo de resistir hasta las elecciones de un año después salvo que haya algo que sólo conoceremos cuando la cita con las urnas se aproxime, (esto no descarto pero que pondría en entredicho su labor como gobernante y como persona).

Hasta ahora, en este país de pan y circo, los deportes eran la cortina de humo perfecta. Pasado el tiempo, ni siquiera esto parece que le pueda servir al Gobierno para hacer sin ser visto.

domingo, 15 de julio de 2012

El perdón de la banca gallega

Estos días en Galicia los diferentes medios de comunicación publicitan una campaña de Novagalicia Banco que es positiva por dos motivos fundamentales. Por una parte, porque la misma logra el objetivo, por lo menos entre los gallegos, de cierto perdón, es decir, el fin último que persigue. Seguramente esto sea así porque en estas tierras y los que de aquí tenemos ese carácter. No quiere decir esta afirmación que seamos fáciles de convencer, ni mucho menos, sino que simplemente gozamos de una paciencia infinita que sólo se ve alterada cuando el tiempo pasa y la solución que buscamos no llega. Por ahí, NCG, la empresa o personas que hayan ideado la campaña, han sabido tocar la fibra sensible de los moradores de esta tierra. Pero ojo porque la paciencia no es infinita. 

Por otro lado, también es positiva porque el dinero que se está gastando la entidad financiera para limpiar su imagen viene muy bien a los diferentes medios de comunicación, muchos de ellos en números negros.

Queda una segunda visión de todo esto y es la de las responsabilidades y el peso de la ley que debería caer sobre los que engañaron a muchos de los pequeños ahorradores que se ven inmersos ahora en un callejón sin salida. Parece que el Gobierno central tampoco va a poner de su parte en esto y las medidas que propone son propias de países a los que cada vez nos parecemos más. Han convertido este asunto de las preferentes en un corralito en toda regla. 

Y todo esto sin Don Manuel. ¿Qué diría y haría Fraga ante una situación como la que afecta ahora mismo a miles de gallegos? Sus sucesores no están a la altura de las circunstancias, a lo mejor porque Don Manuel lo hubiese resuelto con su habitual mano dura. Los de ahora buscan ¿negociar? para traspasar el problema a otras instancias del Estado. Al final, como siempre en estos tiempos de zozobra económica, los perjudicados son los mismos. ¿Quién se acuerda ahora de Caja Castilla-La Mancha? Cuando saltó el asunto de la entidad manchega el PP hizo campaña política y miles de ahorradores decidieron retirar su dinero por lo que pudiera pasar. 

Pasado el tiempo, entidades dominadas políticamente por los populares, es decir, Bankia, CAM, Banco de Valencia, Novagalicia Banco, han contribuido de forma decisiva a la tormenta perfecta bancaria. Son claros ejemplos de que los políticos con disfraz de banqueros únicamente lo hacen bien en carnaval. ¿Qué pasaría si quienes han puesto su 'granito de arena' para generar esta situación acabasen en prisión? La ciudadanía comprobaría que nuestra democracia es de verdad. 

La campaña de Novagalicia Banco insiste en pedir perdón. ¿Cuántos responsables políticos y financieros de este país tienen que pedir disculpas? No hagan cuentas: muchos, demasiados. Sería un primer paso, pero insuficiente.

jueves, 12 de julio de 2012

De profesión político

Echando un vistazo a la situación por la que atraviesan los países cuya intervención ha sido reconocida oficialmente (Grecia, Portugal e Irlanda) la primera conclusión es que España respira el mismo aire económico contaminado. Las medidas adoptadas por imposición de la troika comunitaria no han logrado, hasta el momento, los resultados esperados. Nada nuevo en el horizonte puesto que muchos expertos internacionales, medios de comunicación influyentes de diferente ideología y algún que otro dirigente europeo ya lo habían advertido.

¿Conseguirá la economía hispana superar la crisis? Claro que sí, por narices, como decía aquel. El problema o la cuestión es si lo hará antes o después de 2020. Tras escuchar como el presidente del Gobierno leía ayer el macrodiscurso ante el Parlamento estoy seguro de que la improvisación de la que en su momento, y seguramente no sin razón, se acusó a su predecesor, también reina ahora mismo en la Moncloa. 

La puesta en escena no tiene desperdicio. Mientras MR se leyó de cabo a rabo lo escrito, equivocándose incluso donde había erratas (digo yo), la bancada azul, es decir, la del Ejecutivo, jaleaba sus anuncios. Llamativo fue el aplauso al anunciar el recorte de las prestaciones por desempleo. Indigna escuchar las palmas protagonizadas por un grupo de diputados de buche lleno con una medida de este calado. Me quedo con esto porque estoy seguro, en realidad lo sé, de que sus hijos, sobrinos y demás familia no forman parte de ese elenco de personas que con o sin estudios ven pasar los días buscando un trabajo que no existe. Patética su imagen porque entre los palmeros se encuentran personajes que no han dado un palo al agua en su vida, al margen claro está de lo de vivir bien a costa del contribuyente en puestos de 'responsabilidad' pública. 

Este es uno de los motivos que conducen a pensar que saldremos de la crisis, sí, pero gracias a los de siempre: el ciudadano. Estos políticos, tanto de la bancada azul, como de la de enfrente, arriba, izquierda y derecha, han perdido toda la confianza y si ellos no la tienen entre los españoles ¿cómo pretenden recuperarla a nivel internacional?

En la comparecencia de este miércoles el presidente del Gobierno, quien no lo hacía desde hacía semanas, resumió, cual buen alumno al que le ponen la tarea de hacer un trabajo antes de las vacaciones, el próximo sablazo al que nos va a someter. Si esto es de buen político, entonces algo está podrido en nuestras instituciones. Si el líder de la oposición es incapaz de despertar siquiera un poco de entusiasmo no ya entre los suyos (que se presupone pero no consigue), es que la clase política vive un momento crítico. Es cierto que hay otros representantes y que algunos de ellos ofrecieron alguna idea motivadora, el problema es que se cierran en una especie de ortodoxia que les hace poco apetecibles para una mayoría importante. 

En resumen, ¡pues claro que saldremos de la crisis! pero no gracias a esta clase política (su valía, o la ausencia de ella se extiende también a los ámbitos local y regional) sino a la ciudadanía. Entonces surge otras cuestiones ¿Hasta cuándo están dispuestos a aguantar los españoles este desaguisado? ¿Interesa a una parte o a las dos bancadas que todo esto degenere en enfrentamientos violentos en las calles para justificar según qué medidas?

martes, 10 de julio de 2012

Y de postre, adiós a la paga extra

Hace unos días que no me doy una vuelta por estas Conversaciones con Paula. Me había propuesto no volver a referirme a la política y a las 'difíciles' medidas que el Gobierno central pone en marcha para sacar al país de la crisis en la que se encuentra. Tras analizar, a mi manera, los diferentes medios de comunicación en este tiempo, llamémosle de reflexión, es evidente que a esas acciones difíciles del Ejecutivo de MR les van como anillo al dedo muchos adjetivos, pero el de difícil, desde luego no. 

El próximo elenco de ideas del ministerio de turno (no tengo claro si el de Montoro o el de Guindos) bajo influencia del eurogrupo vía Alemania, es viejo. Nada nuevo en el horizonte porque de esas medidas se habla desde hace tres meses... o más. 

Una vez más la clase media será la gran sacrificada y una vez más los que menos tienen (parados, subsidiados, colectivos de discapacitados, etc) están en el punto de mira de MR y su equipo de grandes políticos. 

De tanto insistir en la posible subida del IVA, del despido de empleados públicos, de la reducción de las prestaciones por desempleo, de la eliminación de la desgravación por vivienda, con el consiguiente desmentido por parte de los miembros del Ejecutivo, resulta que ahora nos van a vender lo mismo pero menos. Es decir, si esta semana o la que viene el Gobierno Rajoy anuncia una subida del IVA pero menos impactante; si las prestaciones en lugar borrarlas de mapa o reducirlas a la mitad se quedan en un descenso de 25%; si en realidad el enviar al paro a los empleados públicos afecta a un número inferior del que especulan algunos medios de comunicación; si todo esto lo conjugamos al final diremos aquello de 'pues no eran para tanto las medidas del Gobierno'. ¿Les suena? A mí sí porque se ha venido repitiendo en estos siete meses de forma constante.

Sin embargo, hay algo que nadie menciona de forma pública pero sí en corrillos de cafetería con presencia masiva de funcionarios. A lo mejor por ahí viene otra de esas medidas 'difíciles pero necesarias'. Sea ahora o en agosto (buen mes para anunciar determinadas políticas impopulares), Mariano Rajoy y su equipo tienen decidido ya eliminar la próxima paga extra de los empleados públicos, por lo menos la correspondiente a Navidad. Esta será otra acción gubernamental de calado pero se quedará, una vez más, en el limbo al que conduce la expresión 'podía haber sido peor'. 

PD: Estas semanas de reflexión también me han permitido observar el hacer y deshacer del principal partido de la oposición. No obstante, como ejercicio para retomar estas Conversaciones con Paula, creo que es suficiente con referirme al Gobierno porque el estado actual del PSOE y las reacciones de su líder requieren un análisis profundo o no puesto que a la vista de los sondeos aparecidos estos días las cosas parecen bastante claras, aunque algunos se nieguen a verlo así.