jueves, 25 de octubre de 2012

RB, lo dice la ciudadanía

Es evidente que ningún cambio se va a producir en la cúpula del Partido Socialista, a tenor de lo que ha comentado hoy Rubalcaba en la entrevista concedida a la Cadena Ser. Su oratoria, su buena comunicación y el tener siempre (o casi siempre) una respuesta oportuna, es casi lo único que le queda al todavía líder del principal partido de la oposición. 

Tras los desastrosos resultados de Galicia y Euskadi, Rubalcaba anuncia que no piensa dejarlo. Para ello alude a la manida democracia interna de su partido y que cuando sus afiliados se lo pidan se irá a su casa. Una vez más, los políticos se alejan del ciudadano que, al fin y al cabo, es quien les pone o quita de los cargos de representación pública. 

Los datos de estas últimas contiendas, unidos a las de Andalucía y Asturias, muestran un panorama desolador para el Partido Socialista. Estoy seguro de que los afiliados y simpatizantes del PSOE, aunque no comulguen con RB, apoyaron y apoyarán a su formación. Sin embargo, solo con ellos no se ganan elecciones y con lo dicho hoy por el máximo dirigente de los socialistas está claro que retomar la senda de la ilusión entre quienes no pagan la cuota es tarea casi imposible. Él, Rubalcaba, lo sabe y por ello no toma la decisión que muchos reclaman. Ahora mismo se le puede criticar con el mismo argumento que algunos medios internacionales y economistas utilizan contra Rajoy: espera a que las aguas ¿se tranquilicen? pero sin adoptar decisiones. Lo que sucede es que ambos, MR y RB, no se parecen en nada. O sí. 

Mensajes políticos

En la mencionada entrevista, además de los eslóganes, mensajes o recados políticos a sus contrincantes y al hilo de las elecciones en Galicia y Euskadi, RB ha afirmado que ya vislumbraban un territorio complicado en dichos comicios. En este punto cabe preguntarse si la estrategia, defendida por muchos directores de comunicación, de campaña, de prensa, de apelar siempre al espíritu positivo ("esto está ganado", "no hagáis caso de las encuestas que nosostros también tenemos las nuestras", "se aprecia un cambio en..."), es válida en estos tiempos que corren.

Desde mi punto de vista no puesto que el ciudadano está harto de que se le retrate en un mundo de colores, cuando la realidad no le hace salir del blanco y negro. Tal vez a partir de ahora el apelar a la verdad de verdad, a que las encuestas no ofrecen resultados positivos o, directamente, revelan datos muy negativos, sirva para lograr otras cifras. Un ejemplo de ello se vivió, tanto para PP como para PSOE, en Asturias y, sobre todo, en Andalucía, donde Arenas era vencedor absoluto y los socialistas perdedores totales. El mensaje fue ese, futuro muy positivo para unos (PP) y negativo para los otros (PSOE). Al final, ni siquiera los sondeos se acercaron. 

martes, 23 de octubre de 2012

Rubalcaba y la herencia recibida


Tras los batacazos en Galicia y Euskadi, la reunión de ayer del órgano de dirección del Partido Socialista sirvió para... nada. Es curioso como, bien de forma explícita, bien implícita, quienes componen el núcleo duro de Rubalcaba ¡apelaron a la herencia recibida!. No tiene mucho sentido hablar de esto cuando en el seno de la actual dirección del PSOE huele a la naftalina propia de otras épocas (refiriéndome, claro está, a la anterior), echando a los pies de los caballos a Zapatero. Recuerdo cuando el inefable ZP afirmó aquello de "cueste lo que me cueste"; ni se imaginaba que en su propia formación iban a recurrir a su gestión lamentable de la crisis para tratar de justificar lo injustificable.


Sinceramente no creo que la travesía socialista en tierra de nadie se solucione con cambios ideológicos. Esta, la ideología, la tienen muy clara, sobre todo, después de que el para muchos (ahora también en su partido) innombrable Zapatero, decidiera seguir a pies juntillas (aunque no tanto como Rajoy, supongo que también éste por ideología) lo marcado por Merkel y compañía. La alusión a ese factor por parte de los actuales dirigentes del PSOE persigue el mismo efecto que el buscado por el actual Gobierno y su partido, por ejemplo, con los nacionalismos/independentismos: cortinas de humo.

En las agrupaciones locales y regionales, además de en algunos de los despachos y otras estancias de la sede de Ferraz, empieza a emanar un olor a necesidad de cambio que puede llegar a ser insoportable para los actuales líderes. Esas propuestas y análisis se realizan en círculos cerrados 'por el que dirán'; sin embargo, no es menos cierto que esas reuniones se hacen cada vez con más público, lo que pone de manifiesto que los aires de renovación se consideran perentorios. 

Muchos dirán que algunos líderes, en especial regionales, hicieron públicas sus críticas ya en tiempos de ZP. Esas reprobaciones, contestarán otros, respondían a procesos electorales a punto de celebrarse. 

Ahora las cosas han cambiado. Los comicios de Galicia y Euskadi han devuelto a la realidad a los socialistas. Los avisos previos eran evidentes en forma de encuestas. Lo que piden ahora las bases (y también, insisto, algunos líderes locales y regionales) es un cambio de caras. Hay quien lo hace por interés particular, por no quedarse descolgado; otros porque intuyen (en esta bitácora lo he dicho en varias ocasiones) que va a haber más adelantos electorales y no puede suceder lo mismo que en tierras gallegas donde el adelanto (también anunciado aquí y en otros lugares 'más renombrados') pilló descolocado al partido. 

Madina, uno de los elegidos
Suenan nombres. El de Chacón es uno de ellos. Sin embargo tiene el mismo hándicap que el actual líder de Ferraz: formó parte del último Gobierno del innombrable. También Tomás Gómez, aunque sus enemigos en Madrid no han dejado de crecer y su afán protagonista seguramente le ha restado muchos apoyos en el resto del país. Mi apuesta, porque de eso se trata, es Eduardo Madina.

La clave es el tiempo. No le queda mucho al PSOE porque por delante el PP, aunque cae, lo hace en una proporción que no compensa, antes al contrario, a la de los socialistas. Y por detrás, IU y UPyD aprietan de lo lindo. Si Rubalcaba no da un paso atrás, deben darlo las bases porque si no la travesía en el desierto puede ser más larga que la vivida por sus 'hermanos' socialistas en diferentes países europeos. 
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lunes, 22 de octubre de 2012

En Galicia no ganó Rajoy

No es cuestión de saber de una vez por todas si los gallegos subimos o bajamos las escaleras. Un dato positivo de lo sucedido ayer en las tierras de Breogán es que la caverna mediática no lanzará hoy sus dardos envenenados contra una población castigada, como el resto del país, por la crisis. Esto pensarán algunos; es lo que tienen unas elecciones: siempre ofrecen un clavo al que agarrarse, sobre todo a los que pierden. 

Un análisis rápido de los sucedido pone sobre la mesa la pregunta del millón. ¿Supone el resultado de Galicia el beneplácito de la ciudadanía a las políticas de Rajoy? Sin detenerme en la bajísima participación, en la pérdida de votos de los principales partidos o en el reparto que depara nuestro sistema electoral, mi conclusión es que no. 

Las razones de una respuesta negativa tienen que ver con la propia idiosincrasia del gallego, de cómo se vive en aquellas tierras y de la herencia recibida (en esta ocasión no la socialista o del bipartito). Desde siempre Galicia ha estado preñada de caciquismo, y eso no va a variar de un día para el otro. Es cierto que las cosas han cambiado pero con un nivel de envejecimiento de la ciudadanía como el que se da en el noroeste (de los más altos del mundo), es fácil entender que el pago de favores o el miedo a la novedad tiende siempre a salir en momentos como estos. Mi abuela, señora de la limpieza toda su vida, con 75 años seguía llamando a las señoras en cuyas casas desarrollaba su trabajo "señoritas", de manera similar al estilo cinematográfico de Gracita Morales. Recuerdo que cuando hacía esta referencia sus nietos, entre ellos yo, saltábamos como un resorte. Ahora que Consuelo ya no está entre nosotros (por cierto una demócrata que a punto de morir quería ir a votar a costa de lo que fuera), entiendo, si bien no comparto, su trato reverencial hacia las "señoritas". 

Esto ha cambiado, sí, pero entre las nuevas generaciones, precisamente esas que ahora retoman el papel de emigrantes que hace décadas ocuparon sus padres y madres. En las aldeas de Galicia estas actitudes se multiplican por mucho, de ahí que atribuir a Rajoy la victoria en forma de respaldarazo a sus políticas es demasiado aventurado. Hay algo que Feijóo ha sabido hacer en esta campaña y en estos años. Por una parte, no olvidar el legado de Fraga (muy dado a fiestas y romerías para pasar lista) y, por otra, atraer mucho voto de las ciudades. No voy a hablar aquí de los favores mediáticos de los diferentes medios porque, habiendo sufrido en carnes propias esas ´presiones´ por parte de unos y otros (de partidos grandes y pequeños) en el ejercicio de mi profesión, seguramente desvirtúe este análisis.

En definitiva, a Mariano Rajoy no le puede servir este resultado en Galicia para sentirse fortalecido en sus políticas. Él sabe que el apoyo histórico (aunque con matices) logrado por su delfín, no ha sido mérito suyo. El rechazo a sus políticas es evidente aquí y allá. Sin embargo hay que ponerle una medalla: la propuesta de adelanto electoral. Ahí sí que acertaron él y, sobre todo, Feijóo al aceptarla aunque a regañadientes.

Otro dato, para algunos o muchos poco destacado, para mí significativo. En Vigo, donde reside Feijóo, y en Pontevedra, de donde es Rajoy, el PP no gobierna. Tal vez, el problema se encuentre en la otra acera, es decir, en las formaciones que en estos comicios trataban de desbancar a los populares. Es difícil o imposible derrotar al mastodonte histórico que representa el PP-G con el principal partido de la oposición hecho trizas, a lo que hay que unir otra de las alternativas, el BNG, con guerras internas demasiado encarnizadas. 

Un buen ejemplo de todo este análisis es el engendro seudo político de Mario Conde. La intención de restar votos al PP no ha llegado ni a eso. ¿Por qué? Muy sencillo. El exbanquero se ha acordado de Galicia sólo ahora y el Fogar de Breogán no reconoce inventos de última hora. ¿Alguien de alguna aldea gallega le debe algún favor a Conde? Es evidente que su chequera está en Madrid.   

A modo de conclusión hay que añadir que lo conseguido por Feijóo le genera un problema interno al PP y, por extensión a Rajoy. Muchos hablan del posible salto a Madrid del recién reelegido presidente de la Xunta, y esos mismos apuntan a la figura de Gallardón como su gran contrincante. Sinceramente creo que va a tener más enemigos, y en concreto, enemigas que desde que accedieron al poder en su región trabajan, por encima de todo, para controlar el poder interno. De ahí le vendrán a Feijóo los dolores de cabeza. De ahí le llegará al Clan de los Gallegos instalado ahora en Génova el fuego amigo.