* Esta es la historia breve de la Condesa de Líder, una mujer hecha a sí misma, según sus seguidores; muy lista y siempre con padrinos, según sus detractores. Tras conocer lo peor de la política (1ª parte de Un cuento de regeneración en Demagogiastán), ahora empieza a recoger los frutos de sus... acciones.
Con el camino iniciado por su admirada, la Condesa de Líder abrazó esas ideas y pergeñó la manera de ponerlas en práctica, para lo cual, haciendo de la debilidad virtud, contrató a toda una red de bufones que se encargaban
de informar a los súbditos de todo lo que sucedía en su jurisdicción;
sólo buenas noticias porque su región se había convertido, tal y como
ella misma trataba de autoconvencerse, en el ejemplo a seguir. Sobre sus
adversarios, las otras castas más o menos
poderosas, también fue objetiva a la hora de comunicar sus fechorías
puesto que habían caído en una vorágine de desfachatez que era justo
denunciar, según se encargaba ella misma de recordar.
En cuanto a aquellos parientes que discrepaban con ella, en lugar del
castigo les premió con la indeferencia, todo un privilegio...
www.bibliographos.net |
Sin embargo, el respaldo que la Condesa
tenía en su ámbito de poder no se reflejaba en el conjunto de
Demagogiastán, donde el sustituto de Chemari de las Ansares, el nuevo
gran señor Marciano Vedrés de los Chuches, logró un respaldo popular
nunca conocido para su familia, en parte, y esto lo reconocen los
historiadores, porque sus adversarios, durante su mandato, tomaron no sé
qué brotes verdes que les hicieron perder la cabeza. Después de eso
siguieron buscando un antídoto pero las malas lenguas afirman que esos
brotes verdes no les permitían cambiar así que entraron en una especie
de bucle sin sentido.
Fue
pasando el tiempo y la Condesa, a pesar de ciertas desavenencias con el
nuevo gran señor, supo esperar su momento, eso sí, sufriendo diferentes
ataques que le llegaban de su propia familia, al tiempo que observaba
cómo en la cúpula del reino las cosas no iban como requería una nación
grande y unida. Su hastío llegó a un nivel insoportable, con constantes
encontronazos con el gran señor del momento con quien ya había discutido
en más de una ocasión y, aunque lo apreciaba, no estaba de acuerdo con
sus maneras a la hora de gobernar. "Esperar siempre a que los problemas
pasen, así sin más, no es bueno", decía una y otra vez.
Esas diferencias se acrecentaron cuando el gran señor tomó la determinación de incluir en la Mesa Rectangular a uno de los primos de la Condesa,
con el que, sin llevarse mal, ella no guardaba una relación muy
estrecha. No se cansaba de repetir: "es el niño mimado del reino".
Después
de muchas vicisitudes, la Condesa de Líder tomó una decisión que
sorprendió a muchos. Abandonó su presencia en el Gobierno de su tierra y
optó por dedicarse a la selección de caballeros para las cruzadas. Pero
La Lideresa lo tenía todo calculado porque al cabo de unos meses,
apoyándose en todo un villano pero con mucho poder, Lois Arcenas Bracón,
el Conseguidor, inició su particular reconquista, tarea en la que está
ahora mismo inmersa.
Como
sus contactos no los perdió en momento alguno, apoyándose en ellos se
ha postulado para lograr un título, quizás el más ansiado por todos los
representantes de la Mesa Rectangular: el de Gran Regenerador del reino de Demagogiastán. Este propósito ocupa ahora todo su interés.