En plena canícula veraniega, con las espadas de la política envainadas y las ruedas de prensa de los representantes públicos en capilla, acaba un mes de agosto sacudido únicamente por las declaraciones, en calidad de testigos, de algunos dirigentes del PP ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, en el marco de su investigación sobre las cuentas del principal partido del país. Este artículo podría cerrarse aquí, acompañado de una foto, por ejemplo, del presidente del Gobierno paseando por alguna aldea de Pontevedra acompañado por una cohorte de altos cargos, ministra y presidente de la Xunta incluidos. Sin duda, esta ha sido la actividad más arriesgada de Mariano Rajoy...
En esta bitácora trato de analizar con Paula, de 10 años, su mundo y el mío. Soy periodista (o eso intento) gallego (de pura cepa). Aquí opino sobre asuntos que nos afectan a todos, en especial a mi hija. Llevo años lejos de Galicia, aunque espero volver algún día. La pequeña ya no es tan pequeña.
domingo, 25 de agosto de 2013
Franco ¿qué Franco? ¿el futbolista?
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Vicente G. Rivas
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jueves, 22 de agosto de 2013
Lecciones del "que se jodan"
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martes, 20 de agosto de 2013
Esperando a Rajoy (en las fiestas de su ciudad)
Las Peregrinas (fiestas grandes de Pontevedra) bajan el telón.
Atrás queda una semana de alegría, alboroto y, si todavía existieran, muchos
‘perritos piloto’. Días de música, jolgorio y gasto, aunque eso lo dejamos para
los pertinentes balances que, me atrevo a augurar, recordarán la crisis. Pero
en las festejos manda lo positivo. Amigos mesetarios venidos desde ‘as terras do
interior’ han descubierto una ciudad que, le pese a quien le pese, ha mejorado en
los últimos años. “Es la gran desconocida de Galicia”, me decían. Sin embargo, ha habido un ‘pero’: la ausencia de nuestro paisano más ilustre, Mariano Rajoy.
Qué tiempos aquellos (hace un año) cuando su llegada a La Moncloa propició que
en agosto las calles de Pontevedra parecieran los pasillos del Congreso...
sábado, 17 de agosto de 2013
Rosalía Mera frente a 'otros' empresarios
Muchos pensarán que cuando un acontecimiento salta a las primeras páginas de periódicos o abre los informativos, los periodistas hacen un máster acelerado para tratar de ofrecer detalles sobre el mismo aunque el período de estudio se haya limitado a los diez minutos previos al conocimiento del hecho noticioso. Ese es el instante en que, en muchas ocasiones, los profesionales muestran sus vergüenzas en forma de carencias...
jueves, 15 de agosto de 2013
De cachorrillos del PP a 'dóbermans'
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Las comparecencias de Cascos, Arenas y Cospedal (todavía hoy no entiendo por qué le colocan la preposición 'de') han dado poco juego a los sesudos analistas políticos ¿Alguien esperaba un "tiene razón el... el... innombrable y tenemos una contabilidad 'B' en el partido y cobramos sobresueldos caracterizados por esa misma letra"? ¿En serio? Los ciudadanos tal vez aguardaban un titular de las crónicas al estilo telefilm de sábado en Antena 3: El juez descubre el engaño. Pero tras las primeras testificales, al final, nada de nada. El sector de tertulianos, sin embargo, sí ha sido capaz de extraer del vacío toda una retahíla de conclusiones que ya le gustaría para sus novelas psico-fantásticas al mismísimo Stephen King.
Más allá de los análisis concienzudos y, me atrevería a decir que en varios supuestos, concienciados, la imagen de estos dos días de trabajo en el mes de cierre en la Audiencia Nacional lo protagonizaron los cachorrillos del PP. Nadie puede negar el derecho a apoyar a su líder, en este caso Cospedal, porque Cascos (el odiado renegado) y Arenas (el amigo de todos y campeón de nada) solo hallaron a las puertas del edificio de la calle Prim de Madrid abucheos por parte de preferentistas. Buena parte de ellos cuenta con edad suficiente para, en estos días de verano infernal de Madrid, disfrutar de algún viaje del Imserso con el que poder escapar de la canícula típicamente castiza... ¡Ah, no, que su dinero se lo han robado y ahora no pueden!
El escenario en cuestión, las puertas de la AN, se convirtió en una especie de estadio de fútbol, con enfrentamientos dialécticos entre el 'fondo norte' y el 'fondo sur'. Otra representación en pleno centro capitalino de esa diferencia a favor que los estudios demoscópicos otorgan al norte (cachorrillos del PP) frente al sur (ancianos esquilmados por el sistema). Y en el fragor de esa particular guerra de insultos y palabrería surgió la fotografía.
Los 'animadores' de su secretaria general se ríen de un hombre mayor, anciano, abuelo, al que han robado sus ahorros. Como a otros miles de ellos, españoles para más señas. Es como aquellos momentos en que siendo joven te encontrabas solo ante la pandilla rival mejor organizada porque siempre iban de 6 en 6. Se mofaban de tus pantalones, de tu pelo, de cualquier cosa. Tú preferías liarte a mamporros ante que recibir esa humillación pública del escarnio, la risilla nada disimulada... pero al final, casi siempre, aguantabas porque la diferencia de efectivos era sobresaliente. Ayer, los cachorros populares se graduaron como verdaderos 'dóbermans' a los que les importa muy poco el dolor ajeno. Con su actitud reprodujeron situaciones que en este país se vieron hace algunas décadas (ellos no habían nacido pero demuestran que lo de cultivarse intelectualmente lo tienen aún pendiente) y en la Alemania nazi.
Si me viera envuelto en algo como lo de este martes a las puertas de la Audiencia Nacional y fuera yo el que saliera fotografiado riéndome de un mayor, mi abuela (coetánea si viviera de muchos de esos preferentistas) me daría una colleja. No necesitaría más explicación porque los gestos de nuestros mayores, en forma de colleja o de mirada (triste o alegre) son más efectivos que la mejor idea de cualquier gurú de la creatividad publicitaria.
Menos mal que estos dóbermans, que cuando salieron de Génova en profesión eran simples cachorrillos, a su regreso recibieron la correspondiente reprimenda de los que mandan en el partido, empezando por María Dolores Cospedal, quien además, con seguridad, les ha quitado ya el carné de afiliados ¿Todavía no? No me quiero imaginar la próxima comida familiar a la que asistan... salvo que 'no tengan abuela', como dicen el refrán.
La fotografía en cuestión ha logrado una repercusión en Twitter tremenda. Lo digo porque es otra de esas pautas que poco a poco perfilan la actual #MarcaEspaña de la que tanto habla Margallo, a quien tampoco le habrá gustado la imagen, supongo.
Con este asunto me viene a la cabeza la alusión a la "mala educación", al "filofascismo", que algunos tertulianos profesionales utilizaron para referirse a la retirada del saludo por parte de algunos estudiantes al ministro Wert ¡Qué tiempos aquellos (hace un par de meses)!
Los que este martes empezaron como cachorrillos se graduaron como perros de presa. El problema y peligro de este tipo de comportamientos es que elevan la tensión. Hasta ahora los españoles han dado muestras de madurez, de sosiego, de actitud democrática pero mofarse de las desgracias ajenas... Un día pasará algo grave y entonces nos preguntaremos quién encendió la mecha. Ayer, sin duda, los dóbermans del PP tuvieron una actitud provocadora e incendiaria.
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Vicente G. Rivas
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sábado, 10 de agosto de 2013
Nadie pide disculpas por el accidente de Santiago
Después de dos
días de comparecencias, con varios responsables de las empresas públicas
implicadas y la propia ministra, centradas en el accidente de Santiago la
conclusión que se puede extraer es que no han servido para nada. Las veinte
propuestas de la titular de Fomento, Ana Pastor, tendrán una aplicación futura
(si no se pierden en algún cajón) pero dejan demasiados claroscuros sobre las
causas del siniestro del día 24.
Quienes tienen
la obligación de ofrecer las explicaciones oportunas se dedicaron a aludir al Gobierno
anterior en materia de seguridad. A los reproches del PP acerca de posibles
cambios introducidos en la red viaria en cuestión para acelerar su inauguración
y puesta en marcha, le siguieron las excusas del responsable de Fomento del
PSOE, Rafael Simancas. Y tras muchos años (legislaturas de Zapatero y la actual
de Rajoy) populares y socialistas por fin lograron ponerse de acuerdo en algo:
la culpa además de corresponder al maquinista, también le toca a los técnicos
de la empresa pública.
Si se confirman
las pesquisas judiciales pudo haber cierta negligencia por parte del
maquinista, a quien ya se ha condenado, por cierto, en algunos medios de comunicación.
No obstante, tampoco se puede obviar la existencia de una responsabilidad
política, expresión casi desconocida en nuestro país, que debería recaer sobre
quienes ostentaban la titularidad del ministerio en tiempos de ZP, si se
demuestra que las prisas por cortar la cinta de inauguración pesaron más que
materias nada baladíes como la seguridad. Del mismo modo, a los actuales
inquilinos de Fomento les apunta otro grado destacado de responsabilidad, no en
vano ocupan sus puestos en dicho departamento desde hace más de un año y medio.
Es este tiempo suficiente para haber atendido a las reclamaciones y avisos de
los profesionales a propósito de las dificultades que entraña la maldita curva
de Angrois, así como otros puntos negros de la geografía ferroviaria
española.
Lo más curioso
de todo es que, a pesar de que desde Fomento, sobre todo a través de los
presidentes y directores generales de ADIF y Renfe, se vierte toda la culpa
sobre el conductor de fatídico tren Alvia, también se anuncian una serie de acciones para mejorar la seguridad. La veintena de medidas suponen una
contradicción con los argumentarios utilizados por los responsables políticos
porque la cuestión que surge inmediatamente es ¿Hacía o no hacía falta
adoptarlas con anterioridad a la tragedia? Asimismo, una vez más se poner el
foco acusador sobre el maquinista al incluir entre dichas providencias la de
endurecer el acceso a dicho puesto o la de instalar un sistema de manos libres
para las comunicaciones.
En España nadie
rectifica, nadie pide perdón aunque el pesar alcance a 79 familias ¿Pero qué
nos extraña de un país donde un diputado responsabiliza a los padres de la
desnutrición infantil, o un alcalde asegura que los fusilados por el dictador Franco poco menos que se lo merecían? A quienes han perdido a sus seres
queridos, o los tienen mal heridos en algún hospital una disculpa, el reconocer
el error por poca diligencia en la fiscalización de los protocolos de
seguridad, no les va a devolver a sus hijos, madres, sobrinos o nietos, pero
les reconfortaría saber que sus representantes públicos son capaces de entonar
un 'mea culpa', fundamental en una sociedad mínimamente humana.
En los últimos
tiempos ¿quién ha pedido disculpas por sus hechos? Nadie... Aunque pensándolo
bien tengo que reconocer mi error y rectificar. Hay dos personas que sí han
tenido el arrojo de disculparse: El Rey Juan Carlos, por su cacería africana, y
Mariano Rajoy, por sus amistades peligrosas ¡Manda carallo!
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Vicente G. Rivas
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viernes, 9 de agosto de 2013
Estimado Mariano
* Artículo publicado el 03/08/2013 en www.pontevedraviva.com reelaborado tras la comparecencia del presidente del Gobierno en el Senado *
Querido Mariano:
Mi estancia de
unos días en julio pasado en Pontevedra me sirvió para darme cuenta de que este
“pueblo con semáforos”, como en su momento definió un PTV (Pontevedrés de Toda la Vida), ha cambiado. No quiero hablarte
del PP de la capital donde es preciso poner orden, tampoco de los intentos de
recuperar la alcaldía (eso es historia y hay que mirar al futuro); o de esa
Diputación cuyo poder se multiplica en la misma proporción que el poso imperial
de sus dirigentes. Cosas de la política cuya dimensión no es capaz de
comprender el populacho... Hace poco alguien me aseguró: “A veces creo que el
nepotismo nació en una diputación provincial”.
Estimado paisano,
ni siquiera voy a referirme a la cantera municipal del PSOE, un partido que parece
cumplir con lo del 'quiero y no puedo'. Es como si Rubalcaba hubiese refundado
el socialismo en nuestra capital. Además, visto lo visto en el debate del jueves,
es evidente que lo de la ‘herencia recibida’ le pesa más a él que al conjunto
del país.
Plaza de la Herrería de Pontevedra. Foto: V.G.R. |
No te escribo para
hablarte de las preferentes, aunque aplaudo a Núñez Feijóo por su determinación
a la hora de... aludir a los 4 años del bipartito en la Xunta obviando el fraguismo de décadas ¡Qué gran delfín
tienes ahí! Debes protegerlo, lo sabes. Aún recuerdo las fotos de Quintana en
el yate del constructor que tanta vergüenza provocó a la ciudadanía y a la
oposición del PP de entonces, con él a la cabeza. Intentar compararlas con las
instantáneas de Alberto con un hombre de ‘negocios’ en otro barco de recreo es,
como mínimo, inmoral ¿Acaso, científicamente hablando, la eslora del navío del
constructor no era infinitamente mayor que la de la chalupa del amigo ‘hombre
de negocios’ de Alberto? En supuestos así el tamaño importa.
El motivo de esta
misiva tiene que ver con lo percibí en nuestra ciudad. Es verdad que en esta
nuestra capital, en un momento de debacle socialista y de ascenso de tu
partido, fue imposible arrebatar la alcaldía a estos 'bloqueiros'
nacionalistas. Pero en esos días de julio aprecié cambios entre quienes
consideras seguidores. Llego a esta conclusión gracias a un sondeo entre
familiares que, por tradición, siempre se han decantado por el azul en
detrimento del rojo a la hora de depositar su voto. He de decirte que me he
encontrado con la figura del renegado, hasta ahora propia de ‘sociatas’ e
‘independentistas’ y vivero para la supervivencia de personajes como Rosa Díez,
'recién llegada' a esto de la política.
Me parecía
preocupante porque, al fin y al cabo, Pontevedra ha tenido siempre un cierto
aire clásico con esos PTV que tantas palmadas
te han dado en el Casino, en los toros, por la Zona... Hablo en pasado porque esas
apreciaciones corresponden a julio. Si te soy sincero Mariano, este agosto que
muchos esperaban singularmente duro, ha cambiado la perspectiva gracias a las
buenas políticas en materia de Empleo con cinco meses de bajada del paro con
empleos de calidad en salarios y derechos; de Educación con la equidad y el
esfuerzo a la hora de conceder becas, por no hablar de la nueva Ley (a Wert,
cuando deje el ministerio, debes nombrarlo ‘Tertuliano de Honor’ en TVE o en
TVG). También en Sanidad, donde las cuentas cuadran al eliminar del sistema a
esos que vienen en pateras solo para hacer turismo sanitario. Y así podría
seguir con Hacienda, Justicia… Hasta me atrevería a jalear la idea de tus
asesores de imagen de mantener el plateado en la barba frente a un color de
cabello cada vez más vivo. Si soy sincero no compartía lo del tinte, pero ahora
me gusta y estoy pensando en hacerme algo similar.
Por eso, tras lo
visto y oído el jueves, estas líneas son, únicamente, para que sepas dispones
del cariño de tus paisanos. En tu comparecencia estuviste sublime. Dicen que
hablas poco ¡Coño, con una sola aparición cada seis meses llega y de sobra! A
la oposición la pusiste en su sitio, en particular a Rubalcaba. Esto lo
ratificaron al día siguiente medios de comunicación serios que te dieron La
Razón con independencia y objetividad. Fuiste claro y las incongruencias entre
tus aseveraciones y las fechas de los SMS son mera anécdota. Demostraste tu
calado como hombre leído, preparado y de Estado, con esa cantidad de citas,
rompiendo, incluso, la leyenda urbana de que no eras capaz de pronunciar el
nombre del desagradecido. Una, dos, tres… ¡Hasta en 17 ocasiones mencionaste al
que no se lo merece!
No sé si podré ir
a verte a Ribadumia. No obstante, si decides pasarte por Pontevedra no dudes en
llamarme porque en agosto, coincidiendo con las Fiestas de la Peregrina,
volveré a pasarme por nuestra ciudad. Como mi intención es repetir el sondeo
sobre tu gestión entre miembros de mi amplia familia, podríamos hacer un
análisis sesudo del resultado. Estoy convencido de que a los tuyos los has
recuperado tras tu aparición estelar en el Senado.
Mariano, resiste.
Se fuerte. Un abrazo
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Vicente G. Rivas
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miércoles, 7 de agosto de 2013
Gibraltar español, faltaría más
www.20minutos.es |
Sin embargo, sin duda aprovechando esa circunstancia del período de asueto reaparece la 'pérfida Albión' y su pedrusco anglosajón con acento andaluz. Creen estos ingleses que por estar de vacaciones, este país (al que ellos acuden en masa de abril a octubre) está parado, quieto, adormecido. Ni mucho menos. Tenemos a quien nos defiende desde la Moncloa para que no permanezcamos en ese túnel oscuro de la indiferencia internacional, que solo flanqueamos últimamente por noticias relacionadas con las finanzas, la crisis y la corrupción.
Existe la obligación moral de defender lo nuestro porque... sí; en la afirmación sin ambages se esconde nuestra propia esencia, tal y como ha dado a entender nuestro ministro de Exteriores. El Peñón ha sido español y, en nuestro corazón, todavía lo es, como Ceuta o las Islas Cíes. Aunque del norte, del noroeste para ser más exactos, siento que en mi interior hay una parte pegada a ese punto geográfico tan al sur, a unos 1.300 kilómetros, más o menos. No podemos tolerar más tomaduras de pelo.
Estoy seguro de que las intenciones de ese paraíso fiscal pasan por ganar más terreno, a través del mar, a España. La actitud de las autoridades gibraltareñas, más andaluzas que un pescador de Cádiz, es deleznable. Ahora mismo no quieren volver a ser españoles pero las cosas cambiarán y entonces seremos nosotros los que pongamos las condiciones.
Las afrentas se contestan con contundencia. Hoy mismo el presidente del Gobierno, tomándose un albariño en Ribadumia, Pontevedra, a mil y pico kilómetros del lugar de autos, ha calificado de "inaceptable" el lanzamiento de bloques de hormigón al mar y así se lo ha comunicado al primer ministro británico. Esa es la actitud, utilizando las expresiones correctas y adecuadas, por muy gruesas que estas puedan llegar a ser o parecer.
Según han explicado las autoridades gibraltareñas, el lanzamiento de bloques persigue "crear arrecifes artificiales" con los que rehabilitar de peces la zona. Argumento poco creíble, aunque algún grupo ecologista asegure que este tipo de acciones también se ponen en práctica en el litoral patrio. Es evidente que aquí lo hacemos con otro estilo e intenciones.
En ocasiones anteriores, otros ejecutivos nacionales, otros presidentes, dejaron de lado Gibraltar. Esta vez no es así. No existen motivos más importantes que el de defender nuestra soberanía cueste lo que cueste. ¿No enviamos a los cuerpos de élite para recuperar Perejil ante la invasión de miles de soldados marroquíes? Pues El Peñón es mucho más grande que Perejil, así que la respuesta debe ser proporcional.
Decir que lo ocurrido en las últimas décadas en 'la Roca' es la cortina de
humo recurrente para que la vista no se fije en otras cuestiones ¿más importantes? es sinónimo de un desconocimiento enorme sobre la historia de este país. Me atrevería a señalar que algo similar sucede con aquellos que se amparan en el cambio climático para defender
determinadas políticas claramente obstrucionistas e intervencionistas
del Estado. Ni un solo estudio demuestra los efectos de ese fenómeno inventado, tal y como aseguró en su momento el primo de un político importante a nivel mundial.
Además, quién es capaz de asegurar que las preferentes, los papeles de Bárcenas, los Eres de Andalucía, la crisis de Bankia, los recortes en Sanidad e, incluso, los problemas para el fichaje de Bale por el Real Madrid no son en realidad temas para desviar la atención sobre lo que de verdad ocupa y preocupa a los españoles, es decir, la recuperación de Gibraltar. Yo me inclino por esto. La realidad es así y los medios de comunicación nos 'venden' lo contrario, salvo honrosas excepciones.
En definitiva, debemos establecer nuestras prioridades como gran nación y entre estas, quizá la más perentoria sea la de reivindicar lo que nos pertenece. Gibraltar español ¡faltaría más!
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Vicente G. Rivas
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viernes, 2 de agosto de 2013
El periodismo desde la trinchera
Es evidente que lo de arriba es solo un titular porque no voy a hablar de guerras o de corresponsales que se juegan la vida para transmitir lo que ocurre en zonas de conflicto por cuatro duros, si trabajan para medios españoles. Ni mucho menos. Estas reflexiones vienen, ya con la cabeza fría porque en caliente es mejor no dejarse llevar, a raíz no ya del poco reprise informativo demostrado por muchas cadenas de televisión el día del trágico accidente de Santiago de Compostela, sino por el tratamiento dado después al mismo y las guerras entre medios y periodistas al rebufo del siniestro.
Estos días leía con interés la 'pelea' dialéctica en las redes sociales entre algunos periodistas y tertulianos a propósito de un artículo publicado en InfoLibre. La verdad es que la mencionada opinión, firmada por Toni Garrido, hace una serie de aseveraciones en las que, como casi siempre en estos casos, queda en entredicho la profesión periodística. Evidentemente, en la discusión tuitera, se reprocha al autor un intento de aleccionar sobre unos profesionales, los periodistas, y un sector, el de los medios de comunicación, que como sabemos todos los que tenemos que ver con él o no, se encuentra en sus momentos más delicados.
Me quedo con una de las reflexiones que hace Garrido en referencia a despoblar las redacciones de "tipos serenos curtidos a navajazos. Gente capaz de cocinar con la tinta de una máquina de escribir. Hombres y mujeres que congelaban una sala de prensa con el aliento". Pienso sobre esto y me da la impresión de que tiene razón... en parte. Es evidente que sus alusiones se refieren a algunos de los nombres más renombrados del sector que, desde hace algunos meses, no forman parte de las plantillas de medios de comunicación quizá más renombrados que
ellos, aunque en algunos supuestos esto lo pongo en duda. Soy o intento ser periodista (si bien para este particular tampoco hace falta la aclaración) e intuyo que Garrido, aunque en instante alguno hace referencias a la edad de los periodistas, se apoya en una distinción entre veteranos y noveles. Aquí es donde discrepo. He tenido la suerte de trabajar con periodistas jóvenes que me han enseñado mucho y de los que guardo un gran recuerdo profesional, del mismo modo que lo he hecho con maestros 'curtidos (de algunos he sacado lecciones muy positivas, de otros mejor ni recordar).
Sinceramente creo que contraponer la "experiencia" a "tersura" a la hora de hablar de periodismo y periodistas encierra un doble error. Por una parte, la experiencia no garantiza la calidad, ¡ni mucho menos!; por otra, la tersura no es sinómino de mal hacer en esto de buscar, informar, contar, analizar u opinar sobre hechos noticiosos.
Esa tersura a la que se refiere Garrido supongo que es similar a la baja calidad con que se evalúa por sistema al periodismo local, o de provincias, donde por cierto hemos empezado muchos aunque a veces se olvide y que, tiempo al tiempo, será el salvavidas de la profesión. Algunos de esos curtidos en mil batallas cuando llegan a una ciudad pequeña porque un asunto les hace bajar de sus altares capitalinos, lo hacen (no todos, también es verdad) con ese aire de superioridad de quien se cree mejor (que a lo mejor lo es) pero que en el ámbito local no se mueve como pez en el agua. Eso sí, dispone de su marca, del nombre del renombrado medio en el que trabaja o desempeña sus enseñanzas cual profesor. He visto y vivido situaciones que sonrojarían de vergüenza propia y ajena a algunos de los que sí se han ganado el calificativo de maestros de periodistas. Pero los otros, aquellos que por sí mismo o a través de amigos, se sirven del término "curtidos" en medios con medios, con sueldos más que decentes, utilizan precisamente la expresión de "en lo local, en las provincias, es donde se hace y aprende el verdadero periodismo", cuando solo han pisado una redacción de estas características a la hora de pronunciar la manida frase.
Volviendo al siniestro de Santiago de Compostela y al artículo en cuestión he de decir que, primero como gallego (¿hubiese habido una cobertura desde el primer momento en las televisiones generalistas si el accidente se localizase en Madrid o Barcelona?) y después como periodista, el seguimiento realizado desde las televisiones generalistas fue lamentable por nulo. Esta descalificación adquiere tintes más profesionales si la aludida es TVE, lo que lleva a preguntarse uno acerca de la capacidad de los gestores de los Servicios Informativos de la cadena pública, pero este es otro tema.
Más allá de esto, a lo mejor Toni Garrido tiene razón en sus críticas, en su descripción del sensacionalismo buscado y contado en tres dimensiones, en su denuncia de algunos momentos informativos en torno al accidente, pero la generalización es cruel y, en la mayoría de las ocasiones, injusta. La pregunta que el autor del artículo debería hacerse es si esos periodistas 'curtidos' en mil siniestros habrían realizado un trabajo mejor. La cuestión que yo le haría al mismo autor es: Si el resultado fuese el mismo ¿las críticas por su parte hubiesen sido similares? Supongo que su respuesta será afirmativa pero esto nunca lo sabremos.
Publicado por
Vicente G. Rivas
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