sábado, 17 de agosto de 2013

Rosalía Mera frente a 'otros' empresarios

Muchos pensarán que cuando un acontecimiento salta a las primeras páginas de periódicos o abre los informativos, los periodistas hacen un máster acelerado para tratar de ofrecer detalles sobre el mismo aunque el período de estudio se haya limitado a los diez minutos previos al conocimiento del hecho noticioso. Ese es el instante en que, en muchas ocasiones, los profesionales muestran sus vergüenzas en forma de carencias...
Esto sucede en deportes (expertos en F1 ya ni se cuentan), en economía, política, medioambiente y, si es necesario y la actualidad lo requiere, en la cría de la gaviota común en el ámbito de las Islas Cíes. Evidentemente, también ocurre en el supuesto de obituarios. 

Sin duda la muerte de Rosalía Mera, la mujer más rica de España, la sitúa en un primer plano informativo que, tal y como se desprende de lo que he leído estos días, a ella probablemente no le hubiera hecho demasiada gracia. No he tenido el placer de conocerla o entrevistarla. Dicen quienes sí han gozado de esa oportunidad que era una mujer que merecía mucho la pena. 

Escribir o contar algo de una persona sobre la que tienes como únicas referencias lo que has visto o leído, rompe con toda seguridad las reglas básicas del periodismo, incluso del actual. Sin embargo, esta reflexión va más allá de hacer un perfil concienzudo sobre una mujer que "se hizo a sí misma". Esto es solo un pensamiento en voz alta acerca de su papel como empresaria (porque, según los entendidos Zara no sería lo que es sin ella) y su compromiso social. 

Observando, también desde la distancia, como es elogiada estos días por asociaciones diversas, personajes conocidos y ciudadanos anónimos, políticos de todo calibre... llego a la conclusión de que con gente como ella en los ámbitos de decisión 'otro gallo cantaría'. Esta mujer se ha muerto casi de forma clandestina y son sus seres queridos quienes más la van a echar de menos. No obstante, tal y como he podido comprobar en los medios de comunicación, no son los únicos porque mucha gente que ha trabajado con ella en su fundación y en otros proyectos también han mostrado su pesar por la pérdida de una gran mujer, empresaria y comprometida, muy comprometida socialmente. 

Y en un momento así me acuerdo de los dirigentes actuales y pasados de los empresarios españoles y no dejo de sorprenderme. En la cárcel, en la poltrona y animando a apretar la soga a los trabajadores, enviándolos a Laponia o, simplemente, abogando por pagar en B mientras aumenta la cuenta de resultados. Sería inexacto e injusto decir que así es el tejido empresarial español, pero en los últimos tiempos este tipo de 'hombre de negocio' es el que lleva las riendas de la patronal (CEOE), guste o no. 

Rosalía Mera ha logrado que empresarios, sindicatos, fundaciones, ong, asociaciones sin ánimo de lucro, periodistas, escritores, políticos de toda ideología, etc, se hayan puesto de acuerdo a la hora de alabar su rol de empresaria justa y socialmente responsable. ¿Se imaginan en el obituario de algunos empresarios de renombre alabanzas salidas de boca de sus trabajadores? Yo, desde luego, no. 

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