jueves, 22 de agosto de 2013

Lecciones del "que se jodan"

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Es recurrente el uso que personajes públicos y ciudadanos anónimos hacen del término (mala) educación. La educación es cosa de los padres. La formación, de los centros educativos. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en el desarrollo de este último concepto (y en parte también del primero) que la Real Academia de la Lengua define como "Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc..".

En unos tiempos en los que se palpa la catastrófica situación en la que se encuentran los distintos soportes mediáticos, cuya principal consecuencia es el despido de profesionales y el recorte (palabra también de moda en el mundo del periodismo), no se puede pasar por alto la importante labor e influencia que algunos de esos profesionales ejercen sobre la sociedad, anónima y pública, española. 

Nos encontramos en pleno mes de agosto. Los boletines informativos en radio se nutren de voces sin pulir que se trastabillan entre letra y letra. Las noticias en televisión aparecen con grabaciones que la edición se ha olvidado de cortar, por no hablar de las conexiones en directo en las que los nervios se traducen en silencios situados a años luz de aquellas 'pausas valorativas' que algunos maestros de la radio convirtieron en arte. ¿Y los periódicos digitales o en papel? El corrector humano se ha transformado en virtual y, evidentemente, no es lo mismo, como seguro que se puede comprobar también en esta entrada. Por esto hemos pasado todos, o casi todos porque para muchos que disponen de apellido prominente su paso por 'las prácticas' ha sido más que efímero. A la larga, con la experiencia, el recordar las meteduras de pata sirve para edulcorar las tertulias de sobremesa, pero el mal trago pasado y las broncas del responsable siempre quedan. 

Estos fallos periodístico-estivales, tal vez por la proliferación de recortes y las ansias de cuadrar las cuentas de resultados de los medios, últimamente se multiplican por mucho. Y quizás no somos conscientes de ese papel mediático en la labor educativa. 

Pero siempre, por fortuna, quedan grandes prohombres en este país relacionados con todos los ámbitos de la vida. Menos mal que ante las ansias de aventura juvenil, como algún político definió la salida de españoles al extranjero, o la "movilidad exterior" de la que hace gala nuestra ministra de Empleo, permanecen en España ilustres periodistas que se afanan en dejar para la posteridad en los programas de radio y televisión por los que pasan sobresalientes lecciones en forma de poso cafetero. Directores, subdirectores, redactores jefe, responsables de investigación, expertos en información económica... que digo yo que, al margen de los recortes, también aquí se puede encontrar una explicación al porqué de las erratas en la locución, escritura y puesta en escena informativa ¿Cuándo desempeñan su labor en el medio en el que tienen puestos de responsabilidad si pululan por el espacio exterior de tertulia en tertulia?

El ejemplo más significativo es el de Francisco Marhuenda, director de La Razón, que ha hecho de su defensa del Gobierno, a veces demasiado forzada, un modo de vida. Quién no recuerda los titulares, 'tupper' incluido, de su periódico. Y qué decir de sus intervenciones en los programas de debate, sobre todo (o únicamente) en cadenas de la empresa a la que pertenece su diario. 

Todo esto de la educación, el periodismo, la comunicación y la labor que desempeñan los diferentes medios viene a raíz de la última lección impartida por Marhuenda en el programa Espejo Público de Antena 3 Televisión. El inefable director de La Razón soltó un "que se jodan" dirigido a los egipcios ante la situación por la que atraviesa este país. 

Es Marhuenda en sentido estricto. Sus conocimientos del medio televisivo le hacen dar este tipo de lecciones educativas cada cierto tiempo. La verdad es que si no supiéramos que es seguidor tuitero de Mariano Rajoy, con quien ha trabajado codo con codo, pensaríamos que imita a la amiga del presidente, Esperanza Aguirre, que ha hecho de los 'micros abiertos' todo un máster, utilizándolos a su antojo y de manera perfectamente estudiada. 

El director de La Razón tiene peso y, a lo mejor, está lanzando ya el mensaje de campaña de algún partido político cara a las europeas del año que viene. 'Que se joda Europa', podría ser. El primer ensayo lo hizo la hija de otro gran estratega político (el que construyó un aeropuerto para que sus nietos pudieran pasear) que en plena sesión en el Congreso lanzó un ¡Qué se jodan!, cuya dirección se interpretó a los desempleados pero que ella misma aclaró, tras pedir disculpas, que era para los socialistas. 

¿Y si Marhuenda también destinó su frase a los socialistas por la herencia recibida? Yo, particularmente, me inclino por pensar que todo es una estrategia. En realidad su "que se jodan" no perseguía interperlar a los egipcios para que reaccionen. La destinataria de esta frase tan hispana es la 'pérfida Albión' por las afrentas relacionadas con Gibraltar. Es el golpe encima de la mesa de los patriotas de verdad, otros presumen de su españolidad con el brazo en alto.

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