lunes, 16 de abril de 2012

Cuánto durará esta legislatura


Estos días, meses y casi años, la economía no deja de ser la que manda en la apertura de informativos en radio, televisión y periódicos, sin olvidar internet. El panorama no es halagüeño y las perspectivas invitan a pensar en una situación más que complicada cuya cúspide podría ser la intervención de España por parte de la Unión Europea. El Gobierno de Mariano Rajoy está empeñado en una política de déficit cero a pesar de que algunos expertos en materia económica, así como diferentes medios de comunicación anglosajones que no son sospechosos de seguir una ideología socialdemócrata, hacen un análisis negativo de las medidas adoptadas hasta el momento por el Ejecutivo español.

Las condiciones de la deuda española, con una prima de riesgo que sólo se modera por la compra del BCE, con un desempleo que sigue creciendo y que, de continuar esta tendencia, superará las peores previsiones de Moncloa, son el caldo de cultivo perfecto para que esta legislatura sea más corta de lo que muchos quisieran. Las turbulencias económicas y las presiones son tan grandes que el futuro del actual inquilino de palacio presidencial español es incierto.

Ni siquiera un debate económico-político con Argentina, tratando de hacer valer la fuerza del españolismo que en otras ocasiones sirvió (el ejemplo más hilarante fue Perejil, cuando Mariano Rajoy era vicepresidente de Aznar), parece que vaya a otorgar rédito alguno al Gobierno cara a la opinión pública. Es más, el efecto parece ser el contrario, es decir, los españoles se toman a mofa lo del posible conflicto. Además, también debemos tener en cuenta que España se hizo con el poder de la filial argentina en unas condiciones ‘muy ventajosas’. No extraña que ahora una populista como Cristina Kirchner trate de ‘recuperar’ la compañía y nacionalizarla, porque responde también a un criterio meramente demagógico, algo que siempre roza con el populismo y el nacionalismo rancio (del que algunos han hecho carrera mediática y política aquí en España).

El ejemplo de que tanto las maneras como las políticas del actual Ejecutivo español están desbordando las peores perspectivas de los asesores de Rajoy es el sondeo presentado por el diario El País. A pesar del anuncio, por parte del propio presidente, de hasta dos huelgas generales, su nivel de aceptación entre la ciudadanía alcanza niveles muy bajos cuando apenas lleva unos meses en el poder, y ello aunque el desgaste inicial en condiciones desfavorables lo suelan pagar los mandatarios en los primeras semanas/meses de gestión.

El problema del presidente español es que el margen que se le presupone para el primer año lo ha agotado en los primeros meses, y las consecuencias de un fenómeno así pueden ser impredecibles. No obstante todavía mantiene una ventaja importante y es que el Partido Socialista mantiene una estrategia de comunicación que, por ahora, no llega a la opinión pública. Permanece su líder, Rubalcaba, en un segundo plano demasiado marcado, un dato que se traduce en una presencia casi nula en los medios de comunicación. En este sentido, en el seno del principal partido de la oposición, que todavía no se ha recuperado de las primarias ‘a cara de perro’ y que ha tenido su repercusión negativa para el actual secretario general en algunos feudos regionales, empiezan a surgir, por ahora sotto voce, opiniones sobre la postura adoptada por Rubalcaba de basar su oposición en el silencio, lo que tampoco augura una legislatura tranquila para el PSOE desde la perspectiva interna.

El margen que le queda al PP es pequeño y vendría dado por una recuperación ‘milagrosa’ de la economía, puesto que otras estrategias que hasta ahora han funcionado a los populares en comunidades como Madrid, no arraigarán entre la opinión pública. Además, la alusión a la herencia de ZP poco a poco se desvanece y los ataques a sus políticas sólo se pueden centrar en Andalucía, donde Arenas únicamente ha logrado una victoria triste, y los ataques al aislado gobierno socialista andaluz puede ser, incluso, contraproducente.

Las previsiones de que la reactivación de la economía española podría producirse a mediados de 2014 para presentarse en la contienda electoral del año siguiente con rédito suficiente de confianza ante la ciudadanía parece irse al traste, según evalúan en Génova, de ahí que ahora toque ‘improvisar’ sobre la marcha, es decir, jugárselo todo al 50%.

En definitiva, si la situación económica sigue deteriorándose y el único paraguas es la adopción de medidas que sacuden a una clase media ya muy desengañada y atacada, cabría no descartar una nueva convocatoria electoral mucho antes de que acabe la legislatura, una decisión que los populares tratarán de evitar a toda costa por el desgaste que están sufriendo. Las elecciones gallegas serán el termómetro perfecto de la situación global e interna del PP... y del PSOE.

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