jueves, 14 de junio de 2012

El Messi de CR7 y la herencia socialista de MR

Cristiano Ronaldo tiene una imagen de niño malcriado que él mismo multiplica por mucho cada vez que le ponen un micrófono delante. Ayer mismo, tras la victoria de su selección contra Dinamarca, y ante las alusiones de una parte del público a Messi, reaccionó haciendo referencia al paso fugaz de 'la Pulga' por la última competición que jugó con Argentina. El portugués ofrece siempre un titular a los medios de comunicación devotos y contrarios, porque el fútbol se ha transformado en una especie de política de barrios bajos, casi igual que la que nos ha tocado vivir en los últimos años, tanto en España, como en el viejo continente, por ceñirnos solo a una parte del planeta.

Recuerda lo dicho ayer por Ronaldo a las referencias continuas que el Gobierno hace a la herencia socialista que, como as meigas, haberlas hailas (en gallego). Sin embargo, después de seis meses en La Moncloa, los mayores recortes de la democracia y una comunicación que empieza a recibir críticas furibundas por parte de los 'aliados' europeos, es el momento de que Rajoy no acuda a la herencia para justificar su acción y, sobre todo, su inacción. 

CR7 tiene a Messi entre ceja y ceja, y no porque se lleven mal, digo yo que no los conozco, sino porque en la parte competitiva el argentino le lleva cierta, para muchos considerable, ventaja. La discusión no es acordarse del enemigo cada vez que las cosas salen mal en lo personal, como en el partido de ayer, sino tratar de ser buen deportista, aceptarlo y perseguir la mejora en el siguiente compromiso.

MR, por su parte, utiliza la herencia dejada por el PSOE, incluso en regiones en las que no gobierna desde hace décadas, para salir de un atolladero político en el que se ha metido el solo, o le han metido. El presidente, además de esta estrategia, debería atender a la realidad social del país para, a partir de ahí, articular las medidas que dijo que iba a poner en marcha. No sirven ya las alusiones hereditarias porque, más allá de su compromiso en la toma de posesión de no hacer uso de ellas, sus predecesores perdieron la batalla electoral de noviembre, con un castigo histórico. Los españoles tomaron una decisión pensando que el cambio (sencillo gran lema electoral pero vacío de contenido visto lo visto) supondría una receta que frenase la sangría del paro, huyendo de brotes verdes y alianzas de civilizaciones. En esto confiaban los millones de ciudadanos que le dieron su respaldo electoral. 

Ahora, con la perspectiva del tiempo (no mucho, pero sí suficiente), las cosas han cambiado... a peor, y MR y sus asesores de comunicación únicamente se limitan a remitir a periodistas y ciudadanía a la famosa herencia socialista. 

En este punto se diferencian CR7 y MR. Mientras el primero saldrá al campo en el próximo partido con el objetivo de ganar él y, por ende, su selección, el segundo, sin salir al estrado, seguirá sin ofrecer explicaciones creíbles acerca de las medidas que adopta por devoción u obligación.

¡Ah!, y una cuestión secundaria. Ronaldo se dedica al fútbol y en sus manos (o pies) está sólo el pasar a la siguiente fase de una Eurocopa. Por su parte, Rajoy tiene en su cabeza (o manos) el futuro de todo un país, incluida la parte de fiesta que supone el balompié.

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