martes, 19 de junio de 2012

Dos nombres para la crisis

El ser humano está dominado por las máquinas, sin lugar a dudas. Ayer nos levantamos con la 'esperanza' de los resultados de las elecciones griegas, como si el futuro se escribiera en esa lengua a la que nos acercamos quienes nos decidimos por la opción de 'letras puras' (qué gran error, visto lo que nos ha deparado el devenir laboral). Nada más lejos de la realidad; el futuro se escribirá de nuevo a partir de hoy (y como ha venido sucediendo en los últimos meses) con números, los de la prima de riesgo y los índices bursátiles. La alegría se acabó con la vuelta al trabajo.

En nuestro país, allá por los meses de septiembre, octubre, noviembre, la prima tenía un responsable claramente identificado. Ahora, desde mi punto de vista, son dos. Los 'expertos', que proliferan en el mundo de la comunicación, aseguran que todos los males de España se deben a la falta de confianza externa. Yo, que soy más de andar por casa y que me aplico lo de que 'las cosas cuando las cuentes las tiene que entender tu abuela', considero que tienen razón a medias.

A la hora de desentrañar todo esto, más allá de gurús de la economía mundial, cabe preguntarse por lo que tenemos aquí. La encuesta de El Mundo es clarificadora y, a su vez, coincide con las publicadas en semanas anteriores en otros medios. El PP baja cinco puntos y medio en valoración, lo que no está nada mal observado de manera aislada. Aquí uno de los problemas, Mariano Rajoy, que sin el desgaste de las comparecencias, ha perdido buena parte del crédito obtenido el 20N y, lo que es más grave, casi toda su credibilidad.

Por su parte, el PSOE sube cuatro míseras décimas, que con los tiempos que corren es una auténtica hecatombe, aunque algunos traten de vender ese ascenso como el inicio de la recuperación del partido. A este paso, haciendo las cuentas de la lechera, tendrán opciones de regresar al poder en el año 2035. El segundo problema: Alfredo Pérez Rubalcaba.

La pregunta es evidente: ¿Cómo van a tener confianza en el exterior si dentro de España los líderes de los principales políticos ya ni convencen a sus acólitos?

Pero bueno, al final, como siempre, la culpa es de los otros, es decir, los griegos. Spain sigue siendo different

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