Cuando el actual presidente de la
Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, accedió al liderazgo del PP-G,
enseguida muchos se preguntaron cómo iba a soportar las embestidas del clan
Baltar. A pesar de que su llegada a la cúpula popular gallega se produjo con el
beneplácito y respaldo de los ‘mandamases’ del partido, el innombrable Baltar
puso toda la carne en el asador para buscar las cosquillas al nuevo líder. Lo
pasó mal Feijóo. Luchar contra los presuntos caciques es lo que tiene. Han
transcurrido ya algunos años desde entonces y, poco a poco, el clan familiar ha
ido perdiendo fuelle; el último movimiento judicial es la puntilla porque, ya
con anterioridad, la sucesión en el PP de Ourense se consideró en círculos
próximos al presidente de la Xunta como el principio del fin.
Baltar padre y Núñez Feijóo en junio de 2012. EFE |
Feijóo es un tipo listo. Ha sido
capaz de admitir en público que votaba a Felipe González hasta abrazar
políticas que rozan (o se definen, según se mire) el credo más neoliberal. Aun
así, tras los resultados de las últimas elecciones autonómicas ha ganado mucho
espacio en su partido y no sólo a nivel regional.
Hace años, en Madrid, en
conversaciones con dirigentes del PP, se hablaba de una terna de jóvenes
políticos que venían pisando fuerte. Eran los Mata, Camps, Gallardón, Piqué y
Núñez Feijóo (entre estos, evidentemente, no se encontraba Mariano Rajoy). Ese
elenco se ha quedado en el limbo de la corrupción desmembrado por la parte
mediterránea. Lejos de perder fuelle, y vistas las últimas salidas del armario
del actual ministro de Justicia, el gallego gana enteros. Su principal escollo
lo tenía en su tierra, Ourense, pero el tiempo ha ido jugando a su favor.
Con
el clan ourensano, con sus incesantes ‘tejemanejes’, ha sucedido lo mismo que
con muchas empresas familiares (también periodísticas). Han llegado los hijos y
todo se precipita al abismo hasta que, de nuevo, tiene que tomar el timón el
patriarca, si las condiciones son propicias. Lo que le ocurre a Baltar padre es
que su suerte política está echada.
Hay quien dice que Nuñez Feijóo
es un tipo con suerte. Puede ser. Sin embargo, la jugada ha sido notable.
Adelanto electoral en el instante oportuno lo que significa que cuando lleguen
los próximos comicios autonómicos (allá por 2016), la crisis será menos crisis
y Galicia seguirá existiendo. La figura del inquilino de la residencia de Monte
Pío de Santiago gozará de más fuerza, sobre todo dentro del partido porque los
galos de Baltar se habrán convertido en recuerdo.
Muchos se preguntarán ¿dará Nuñez
Feijóo el salto a la arena de Madrid? Sinceramente, no creo que deje la Xunta…
por el momento. Además, tras el clan
ourensano, en estas ‘terras do interior’ tendrá que enfrentarse a otras
familias con más fuerza: Cospedal, Aguirre, Sáenz de Santamaría, etc.
Como en las malas películas,
habrá segunda, tercera y hasta cuarta parte. Tiempo al tiempo.
* Artículo publicado en www.pontevedraviva.com
* Artículo publicado en www.pontevedraviva.com
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