Llega a la patronal la moda de los sobres

En esta misma bitácora, hace unos días, comentábamos la salida de tono del actual presidente de la CEOE, Juan Rosell. El máximo dirigente de la patronal disparó contra la EPA, los parados y los funcionarios, pero no se atrevió a hacer examen de conciencia por los cientos de millones de euros que recibe su organización de las arcas públicas. ¡Este sí es liberalismo del bueno!, que dirían algunos. 

La inoportunidad de sus declaraciones por los escándalos que rodean a la institución que aglutina al tejido empresarial de este país, ese que siempre sale con aquello de que las protestas dañan la Marca España, es evidente. Hijos de expresidentes presuntamente involucrados en operaciones de blanqueo de capitales, expresidentes en la cárcel, a lo que habría que añadir la nula actividad de una entidad que observa como cada mes miles de empresas cierran, sin que sus dirigentes hagan nada. 

Ahora Rosell tendrá que esconder su fusil porque parece que la moda de los sobres ha llegado hasta la organización que él dirige (en realidad, se ha hecho público porque lo del dinero B es tan habitual como el beber). Su vicepresidente, aquel que elogió a Esperanza Aguirre por razones obvias que en Madrid se conocen y muy bien, según la Cadena Ser paga habitualmente en dinero negro parte de las nóminas a sus empleados. Arturo Fernández, otro de esos empresarios neoliberales que tiene un alto nivel de vida, en una parte importante, gracias a las subvenciones públicas que recibe, por ejemplo, por gestionar las cafeterías del Congreso de los Diputados y de la Asamblea de Madrid, está contra las cuerdas. 

Como marcan los cánones en estos casos Fernández ya lo ha negado. Sin embargo, en un momento como el actual, yo me creo lo que dicen los periodistas porque está documentado y porque, llegados a este punto, también los dirigentes de la CEOE carecen de credibilidad. 

A partir de ahora que se agarren los machos algunos grandes empresarios porque esto del halo de honestidad que rodea a los ciudadanos españoles cansados de chanchullos de los 'poderosos' puede extenderse. Tal vez conozcamos los datos de más empresas que también se han sumado a la moda de los pagos encubiertos.