jueves, 25 de julio de 2013

Bágoas por Santiago y por Galicia

Han pasado ya 12 horas desde que se conocieran los primeros datos del accidente de tren ocurrido en Santiago de Compostela y la congoja y desesperación siguen dentro. Supongo que les pasa a muchos gallegos que no están en la tierra y escuchan desde la distancia las cifras que suponen el balance terrible del siniestro. La solidaridad, tanto dentro, como fuera de Galicia no se ha hecho esperar. Las redes sociales, desde el primer momento, se convirtieron en un hervidero de información, mensajes de ánimo y humanidad. Las imágenes, tachadas en algunas ocasiones de demasiado explícitas, han servido para, precisamente, ofrecernos una visión próxima de lo que ha sido esta tragedia.

Es evidente que, aunque el dolor y la angustia para quienes somos gallegos y contemplamos con bágoas (lágrimas) en los ojos la crudeza de la realidad es grande, se queda muy lejos de lo que deben sentir los familiares de heridos y fallecidos. 

Desde la distancia, ayer, los gallegos desperdigados por España nos sentimos engañados porque la televisión pública de todos hizo un ridículo espantoso con sus informaciones. Algún canal del marco digital, como 13TV, y otras cadenas regionales (Telemadrid y TV3) pincharon directamente la señal de la Televisión de Galicia. Para Castilla-La Mancha TV lo que estaba aconteciendo no era lo suficientemente importante. De las privadas, ni hablo. Solamente, y para dejar este tema, hago una reflexión que me sale, de verdad, de dentro: ¿Si el accidente hubiese ocurrido en Madrid o Barcelona cómo habría sido la cobertura? Es esta una pregunta retórica que debe servir también para que el conjunto de la ciudadanía sea consciente de que sin medios, sin dinero, el periodismo, la información es mera anécdota.

Pero incluso ante un acontecimiento tan dramático como el de ayer, todo esto se queda en un segundo plano. Ya habrá tiempo y, por desgracia, sucederán más tragedias para que seamos conscientes de la situación real del periodismo, la información y la comunicación en general. 

Mágoa (pena) es lo que hoy siente Galicia y el resto de España. Mi hija Paula veía ayer imágenes del accidente (supongo que no es lo más indicado) y su cara lo decía todo. En su pequeña cabeza todavía no caben sensaciones como las que mis ojos o los de su madre expresaban, por ello permanecía en silencio, sin decir nada. O en realidad sí era consciente de todo y simplemente no quería 'enturbiar' el momento, molestar al dolor. 

Ojalá hoy estuviéramos hablando de las cifras de la EPA y del uso político de las mismas. Ojalá discutiéramos sobre fútbol. Ojalá comentáramos los nuevos fascículos de los papeles y carpetas de Bárcenas... todo eso queda para mañana o para el lunes. Hoy hablamos de Galicia, ¡otra vez Galicia! de su dolor, de la tristeza que parece una compañera permanente de viaje de esas tierras. 

Hoy no celebramos el Día de nuestra tierra más triste. Solamente dejamos caer una bágoa de recuerdo y en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario