lunes, 14 de diciembre de 2015

"¿Papá eres de derechas o de izquierdas? Es que eres chico y, claro, no lo entiendes"

Cola para votar en las pasadas elecciones catalanas. Foto: ELPLURAL.COM
Hacía tiempo que no  me asomaba por esta bitácora y no porque Paula haya dejado de tener esas salidas de niña inteligente (llevaba demasiado tiempo sin decir que es la más lista e inteligente del mundo ¿verdad?), pero las elecciones mandan y desde hace unas semanas insiste en preguntarme si soy de derechas o de izquierdas.

Soy un padre moderno y resolver la duda de mi hija puede conllevar cierto adoctrinamiento, por eso he tratado el tema con delicadeza, la misma que la editorial de turno tuvo con Esperanza Aguirre y su gran papel como regeneradora, política, ama de casa, abuela, descubridora de la Gürtel (que no participadora) y de la vacuna contra la viruela, es decir, objetivo 100 por 100.

- Vamos a ver hija. Yo... a la hora de votar... bueno pues yo soy de...
- 'Jopetas' papá, que solo te pregunto a qué vas a votar. Al PP, al PSOE... al de la coleta o al otro. 

Primera disyuntiva. No es fácil explicar a una pequeña como Paula la diferencia entre derecha e izquierda. En realidad, sí lo es, aunque no con el panorama actual y con la pérdida de identidad ideológica por parte de todos ¡Menos mal que ha llegado Rivera para despejar dudas! Que no es que sepa yo (o cualquiera) si es de izquierdas o de derechas. Bueno, puedo hacerme una idea al echar un vistazo a la parte económica y social de su programa, pero como en este país ni dios se lee un programa electoral para qué voy a aludir yo al susodicho (programa, me refiero).

Además como él se define de centro, viene a complicarme aún más la cosa.

- Paula, uno tiene que votar lo que quiera. Por suerte, la democracia...
- ¿Eh? ¿Qué es eso?
- Bueno la democracia es el modelo... bla, bla, bla, bla, bla... y cuando tú vienes conmigo o con mamá a votar eso es... bla, bla, bla, bla... 
- Vale papá pero ¿Tú a quién vas a votar? A PP, PsssSOE -le hace gracia lo de la P delante- o a los otros. 
- Hombre, hija, el voto es secreto.
- Vaya rollo... Así no me gusta.
- Vale. Lo que tengo claro es a qué partido no voy a votar...
- ¿Entonces eres de derechas o de izquierdas?
- De izquierdas hija, lo que no quiere decir que vote a un partido de izquierdas. Puedo no votar. 
- ¿Se puede no votar? Anda. Yo no votaría

En efecto, estuve a punto de volver al berenjenal y comentarle lo del voto en blanco o la abstención a quien favorece, etc, pero por una vez reaccioné a tiempo y... cambié de tema.

- Por cierto, qué guapa vas.
- Sí, ya claro. Iría mejor con las uñas pintadas.
- Pero Paula, tienes 6 años y ahora vas al cole. Yo creo que no es lógico que lleves las uñas pintadas.
- Pues mamá me dejaba. 
- Bueno, pero a mí no me gusta.
- Claro, como te va a gustar. No lo entiendes porque eres un chico.

Y ahí se quedaron las elecciones que, a la vista de esos debates raros, raros, raros (el 3 + 1 -SS de Santamaría- también lo vio Paula y le aburrió), son bastante menos interesantes, a pesar de que nos juguemos mucho, que las conversaciones con mi hija.

Sí, ya. Muchos pensaréis, "menudo padre moderno que no es capaz de decir a quién va a votar". Si lo revelo, al final ya sabéis tanto como yo. Además, me niego a influir en mi hija en algo tan sensible. Es lo mismo que esos progenitores que tratan por todos los medios que sus vástagos sean de su mismo equipo de fútbol ¡Por favor! ¿Qué tipo de educación es esa? Yo soy del Barça y mi hija puede ser del que quiera. Solamente le pongo unas condiciones por aquello de que no vaya por mal camino. Así, el club del que se haga seguidora debe vestir de azulgrana, tener como iniciales F.C.B. y contar con el mejor jugador. A partir de ahí que ella elija. Siendo su padre no tengo derecho a influir en esto ¡Faltaría más!

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