sábado, 8 de junio de 2013

Los (muchos) dineros del PP



Desde 2009, inicio del caso Gürtel, casi cada semana se van conociendo detalles del dinero que los partidos políticos, en este caso en concreto el PP porque el PSOE ya quedó retratado con sus finanzas el siglo pasado, tienen para hacer… y deshacer a su antojo. Por mi profesión he mantenido contacto con representantes públicos de todas las ideologías y partidos (a veces ambos términos coinciden, otras no) y siempre me ha dado la impresión de que muchos de ellos, sobre todo en el plano municipal, se dedicaban a la res publica por vocación y no por los bocados económicos que pudieran dar. También, para ser justos, me he encontrado con pillos cuya única vocación era (y es todavía en varios casos) su bolsillo, algo a lo que no es ajena mi propia profesión, la periodística.

Ahora, con el caso Gürtel y, en especial, los papeles de Bárcenas, tenemos constancia de los dineros que maneja el PP y, visto lo visto, llama mucho la atención la cantidad de peculio que unos, los Correa y compañía, amasan y el otro, el extesorero, mueve por esos mundo helvéticos de dios. Y claro, a un servidor, cuya cartera únicamente contiene documentos de identificación personal y tickets de compras realizadas en épocas en las que gastábamos por encima de nuestras posibilidades pero sin un chavo, le parece que se habla de miles y millones de euros como si de ‘los chuches’ de Rajoy se tratara.

Echando cuentas, las fotocopias de Bárcenas son un auténtico tratado de economía. Sé de muy buena tinta que en algunos partidos políticos, a los cargos electos se les ‘carga’ lo que muchos de los afectados denominan ‘impuesto revolucionario’. Es algo así como la dádiva que han de pagar por representar a la ciudadanía con una marca (siglas de la formación) y que en determinados supuestos puede significar una buena cantidad de euros, eso sí, deducibles en la Declaración de la Renta, que para eso Hacienda somos todos, aunque por lo que estamos viendo unos más que otros.

Hasta donde yo sé, y si no que alguien me saque de este error que se ha convertido en duda casi existencial, en el Partido Popular sus políticos no tienen que hacer frente a esa particular tasa. Teniendo en cuenta que, por ejemplo en el caso del PSOE, las cuotas e ‘impuestos revolucionarios’ que pagan afiliados y cargos electos no permiten siquiera ir a comprar a El Corte Inglés todas las semanas ¿de dónde saca el dinero el PP?
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Regresando a la suma de las cantidades que, en forma de sobresueldos, en Génova 13 ha cobrado hasta el apuntador la principal conclusión es que los representantes públicos del PP no están en política por la política en sí misma sino por los supuestos sueldos a mayores que perciben del partido. Y es que suma a suma, cifra a cifra, hablamos de unos cuantos millones de euros. Es verdad que las formaciones políticas reciben subvenciones públicas (curioso en un mundo dominado por el neoliberalismo de salón), pero con esto de la crisis también esas ayudas han descendido de forma notable. No seré yo el encargado de destapar el tarro de las esencias de la financiación de los partidos que para eso ya están los gurús del periodismo de este país. Pero en unas condiciones como las actuales, teniendo en cuenta los recortes (algunos insalvables) practicados en el estado de bienestar, no se puede volver la cabeza y mirar para el lado opuesto del origen de esos millones. Aznar, el grande, presumió en la charla entre amigos de hace unos días de su régimen, de sus años de Gobierno. Casualmente esas legislaturas se antojan claves en la acción de llenar la ‘hucha popular’.  De aquellas aguas dinerarias, vienen estos lodos de pijerío, según algunos expertos. 

Esta semana algunos empresarios mencionados en los papeles de Bárcenas han pasado por la Audiencia Nacional para declarar. En realidad no han dicho nada a pesar de que algunos esperaban una confirmación ¿se imaginan a uno de los grandes constructores de este país y destructores del Estado ratificando las dádivas? En definitiva, y ante la oscuridad de la génesis dineraria, la única explicación es que, como otro gran popular, en este caso exbarón provincial, al Partido Popular, como organización, le haya tocado el Gordo de Navidad los últimos 15 años. Quién sabe si aparece en alguno de los capítulos del serial en que se ha convertido todo esto de las anotaciones del extesorero algo así como “El Gordo, año X, Y millones de euros”. Claro que, con apuntes de este calibre sin demasiadas aclaraciones, habría que despejar la incógnita de qué o quién es El Gordo ¿Cuántos empresarios están pasados de peso?

Por cierto, ¿cuándo se va a investigar como posible destino del dinero de origen ‘raro’ ese pequeño país de los Pirineos al que muchos viajan para esquiar y… otras cosas? Tiempo al tiempo. En esto, lo de acudir a ese diminuto país es como lo de Neymar: gusta a los de Barcelona, pero también a los de Madrid.

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