Qué tal hija. Hacía mucho que no me pasaba por esta bitácora
para contarte cosas de la vida que los adultos creemos que una niña de 7 años
no debe, ni puede entender todavía. Entre tu y yo, estoy seguro de que sí, por
lo menos en lo que respecta a lo que está bien o mal, pero déjame que siga con
el rol de adulto. En todo este tiempo ha pasado un poco de todo.
En tu cole,
esa eterna discusión entre mamás y papás que quieren deberes porque si no
consideran que sus vástagos no aprenden lo suficiente, y los que argumentan que
la metodología a base de proyectos es más productiva. Aquí nos posicionamos tu
madre y yo, y no porque seamos más listos o ‘modernos’, sino porque,
simplemente, es lo que se hace en países en los que el nivel educativo es
superior al nuestro; además, en tu corta etapa escolar, hemos comprobado los resultados
cuando el profesor de turno ha optado por esta opción.
También hemos conocido al nuevo presidente de EEUU. Si el
anterior, Obama, había supuesto un avance en muchos aspectos para su país y,
por ende, para el mundo, la elección de un tal Trump ha significado un
retroceso a las cavernas, al patriotismo populista y al populismo patriota, al
dinero por encima de todo y a la búsqueda de apoyos sin importar sus
consecuencias. Lo último es de hoy mismo y tiene que ver con el cambio
climático. ¿Recuerdas cuando te preguntas si existe dios y por qué la gente
cree en él? Trump se considera dios y, lo que es más grave, se atribuye los
poderes que los creyentes le otorgan al genuino. Cosas de mayores.
Sabes que soy (somos) del Barça, pero este no ha sido un
buen año. Lo mejor es pasar tras el exitoso período de Luis Enrique y
esperar tiempos mejores, que pueden ser aún peores según lo que ocurra en
Cardiff.
Sin embargo, el retomar este blog se debe a una mala
noticia. Éstas, normalmente, suelen venir de la mano de la muerte. En esta
ocasión el protagonista es un periodista que, más allá de su faceta de
informador, en los últimos años era conocido por la de divulgador.
Carles Capdevila es el ‘culpable’ de que yo dejara de
escribir estas Conversaciones con Paula. Y es el responsable porque la primera
vez que lo escuche con Gemma Nierga en su programa de radio me quedé embelesado
por su manera de contar los intríngulis de la educación de sus hijos. Lo hacía tan bien que cualquier padre que tiene su bitácora se siente pequeño; así que lo mejor era escuchar lo que él decía y, sobre todo, cómo lo decía. Yo, por lo menos, me he sentido de este modo.
He de reconocerte hija que, en los momentos de desierto
laboral, en casa, las mañana en las que la radio acercaba sus historias reales como la
vida misma, sus consejos, además de una luz en un túnel bastante negro,
eran efectivos y cargados de sentido del humor.
Hoy me he quedado de piedra alconocer su fallecimiento a causa de la plaga del cáncer (da igual el que sea).
Poniéndome en su piel –sé que es imposible- te aconsejo que, cuando llegues a
esa edad que los mayores califican como adecuada para entender las cosas, tires
de Youtube o te pases por su blog (debería quedar como legado) y escuches y
leas lo que ha dejado. Entonces, con seguridad, comprenderás todo esto que te
estoy contando.
Sin duda alguna, de él habrán aprendido muchos padres y madres. Carles Capdevila, DEP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario