miércoles, 5 de septiembre de 2012

Preparando el otoño 'caliente' desde la comunicación

Es evidente, y así lo han puesto de manifiesto los diferentes medios desde también sus diversas líneas ideológicas, que el otoño nos deparará una vorágine informativa caliente y atractiva desde el punto de vista comunicativo. También son patentes los preparativos para que los dos principales partidos extraigan el rédito político correspondiente de una estación, el otoño, cuya cúspide estará marcada por las citas electorales en Galicia y Euskadi.

La oposición socialista sigue 'a verlas venir'. Si acusaban hace algunas semanas dos economistas patrios desde EEUU a Mariano Rajoy de priorizar cómo se desarrollan los acontecimientos antes de actuar, a Rubalcaba se le puede aplicar idéntica afirmación. Su única reacción se ha producido en estos últimos días, seguramente debido a los datos de las encuestas internas y externas que, tras nueve meses (como si de un parto se tratara) han puesto de manifiesto una revolución incipiente en el seno de su partido y entre sus votantes (si es que esto último no lo había percibido ya el 20N). El líder socialista lo tendrá muy difícil para seguir siéndolo.

Cuestión distinta es el método que utiliza el partido gobernante. Cara a los comicios próximos agitar de nuevo la bandera antiseparatista puede derivar en esa percepción del miedo que tanto menearon sus dirigentes pensando en las generales de noviembre pasado. Euskadi lo dan por perdido pero las repercusiones en el resto de España pueden ser favorables para el PP. Si, como dicen los expertos, los nacionalistas/independentistas/abertzales salen victoriosos, a lo que habría que unir también Cataluña y el adelanto electoral previsto, las proclamas de que el país se rompe podrían desbancar la percepción de que en realidad es la situación económica y su gestión (actual y pasada) la que nos sitúa al borde de la ruptura social. A su vez, en Galicia, con las aguas turbulentas que acechan al nacionalismo (disgregado en unos cuantos partidos) y la muerte en vida del PSOE, Núñez Feijoo ondeará la misma bandera del miedo separatista para tratar de arañar unos votos que se le antojan muy necesarios.

La estrategia de PP puede ser la acertada, sin embargo, a pesar de que no se quiere oir hablar de rescate antes de los comicios, de nuevo mandará la Troica a no ser que Merkel y compañía le den margen de maniobra a Rajoy hasta después de las elecciones.

En definitiva, las cartas están echadas y tienen las mismas marcas desde hace años.

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