Sabes una cosa Paula?. Cuando te pones enferma mamá
y yo te llevamos al médico pero el sistema en el que está incluida Carmen (es
el nombre de su pediatra) está en bancarrota. Es lo que dicen las personas que
dirigen este país y por ello se están articulando las medidas necesarias para
que podamos seguir teniendo la posibilidad de que cuando te pones enfermita una
doctora como Carmen te atienda. En algunos sitios como Cataluña, se acaba de
aprobar un mecanismo por el cual, a la hora de comprar un medicamento, todo el
mundo aporta un poquito y así podemos hacer sostenible nuestro sistema.
Algunos critican este tipo de acciones, pero en un
momento de crisis como el que estamos atravesando, todos, hija, debemos poner
nuestro granito de arena. Según dicen grandes políticos y medios de
comunicación de ‘referencia’ de España, es preciso que se adopten medidas para
poder salvaguardar la Sanidad y una de ellas es la de dar todos un poco cada
vez que vayamos al médico.
En lugares que para nosotros son referencia y cuyas
economías van viento en popa, ya se aplica lo que aquí algunos llaman ya
prepago de la sanidad. Ejemplos hay muchos y, sin duda, cuando se aplique y a
medida que avance la implantación del mecanismo, irá reforzándose dando pasos
hacia delante hasta que, por fin, alcancemos los niveles oportunos para copiar
y pegar las virtudes del sistema americano, adalid de muchos insignes
economistas que, además, son los que se están dejando la piel para que
abandonemos esta situación de crisis y desempleo que ahora mismo nos acecha.
Y tú te preguntarás ¿Si es tan positivo y es la
única manera de que pueda seguir atendiéndome Carmen, por qué lo critican?. Es
buena la pregunta hija. Básicamente, en nuestro país, una parte se ha empeñado
en poner en tela de juicio lo que hace la otra parte. Me refiero a ideologías.
La izquierda ahora mismo, tras lo hecho en los últimos 7 años, no está
legitimada para el intento de aleccionar acerca de las políticas que se llevan
a cabo en España desde que gobierna el PP. El ‘rojerío’, como denominan a este
movimiento -muy ligado al 15-M que trata de buscar la desestabilización del
país-, algunos medios de comunicación muy importantes por su audiencia y la
calidad de sus análisis periodísticos, persiguen impedir un cambio que es
absolutamente necesario y para el que se están preparando las acciones
políticas que requiere una...
Fragmento de Sicko de Michael Moore.
Ya sé hija, que por cierto has preferido escuchar a
Los cantajuegos a los diez segundos de esta disertación y seguramente con una
actitud inteligente por tu parte, que todo lo que te cuento te suena a chino.
Estoy de acuerdo contigo. Esos del rojerío me da igual lo que digan. Pensando
en lo que tenemos ahora y en el sistema que hemos disfrutado durante, por lo
menos, desde que tengo uso de razón, me quedo con la Sanidad Pública. No
podemos aspirar a situaciones como las que intentan ‘vendernos’ por intereses
meramente económicos. ¿Cómo es posible que traten de implantar, poco a poco me
temo, otra Sanidad pagada y prepagada por todos?. No sé qué opinarás en unos años;
sin embargo, Paula, ojalá puedas seguir disfrutando de un sistema que es la
envidia de otros países, en el que la calidad médica y asistencial está fuera
de toda duda y cuyo coste es sensiblemente inferior a otros, incluidos esos que
intentan introducir a toda costa.
Hace algunos años, en una entrevista a uno de los
aspirantes a desbancar a Esperanza Aguirre de la presidencia de la Comunidad de
Madrid, le pregunté qué iba a pasar con esos hospitales cuya propiedad
pertenece a empresas constructoras (el de Coslada, por ejemplo, es de
Sacyr-Vallehermoso). Me comentaba que era complicado cambiar el mecanismo
impuesto por Aguirre de una gestión público-privada, pero que el objetivo era
volver a lo que ya existía. Cuestionado acerca de dónde podría estar la solución,
después de vueltas sobre el mismo eje, yo mismo extraje las conclusiones, o la
conclusión, en singular: el problema no es el sistema, sino sus gestores, los
políticos.
A modo de conclusión, hija mía, ojalá puedas
disponer de un sistema público de salud en el que prime la atención por encima
del beneficio económico. Una sanidad igual para todos, con independencia de la
capacidad pecuniaria, porque entonces no nos sentaremos en una sobremesa dentro
de quince años y tú nos preguntes cómo era aquello de ir al médico cuando
tenías dos años y no había que sacar la tarjeta de crédito/débito.
Es increíble cómo, desde hace años, se buscan excusas para romper una
sistema consolidado, y basta sólo recordar lo del céntimo-sanitario. ¿Adónde ha
ido a parar el dinero de ese céntimo sobre los carburantes?. Una vez más, creo
que los políticos tienen la respuesta, y supongo que no nos gustaría. En
definitiva, hija, no quiero pagar, otra vez, por ir al médico, porque ya lo
hago cada mes y con mucho gusto. Si quienes gobiernan o han gobernado han
puesto el sistema en peligro, que paguen ellos, y si es preciso, incluso, ante
la justicia (aunque quienes la imparten también merecen otras reflexiones, que
te darían para escuchar todos los éxitos de Los cantajuegos). Ya me callo, y me
uno a ti para escuchar el cuento del zapatero (que no ZP, no seamos mal
pensados, que tiene sólo dos años y medio).
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